ME ENCANTA OÍR VUESTROS JADEOS QUEDOS
Unos olores son más gratos que otros;
Por eso placen más a los ajenos
Los que nosotros disfrutamos menos,
Como otro tanto ocurre con vosotros.
Oler los cagajones de los potros,
Porque, cuando fui un crío, eran amenos,
Me encanta, aunque al revés juzguéis, obscenos;
Disiento en este punto de vosotros.
Tengo predilección por el aroma
Que deja en el ambiente la canela
Y las bragas que usaba una gacela,
Cuando otrora fungí de Bambi en Roma.
Oler os gusta vuestros propios pedos,
A mí escuchar vuestros jadeos quedos.
Ángel Sáez García