AQUÍ CUALQUIER PIBÓN MERECE UN NUEVE
Tras sesenta y dos largas primaveras,
No consigo entender cómo es posible
Que me vuelva a cargar otro fusible
Al recibir nuevo ósculo, de veras.
Encaja bien en mis entendederas
La de emociones lista, si es plausible:
Palpitación, sudor, temblor risible…,
Que elevan al primor de las esferas.
Cuando observo a una fémina venusta
Y escruto sus silencios y sus gestos
En caricia mutar logro su fusta
Y en gestas sus reveses indigestos.
Contemplar un bombón siempre conmueve.
Cuando avisto a un pibón le pongo un nueve.
Ángel Sáez García