LA TRIBUNA DEL COLUMNISTA

El País también se unta vaselina y pide ahora a Sánchez que explique su acuerdo secreto con ERC

Ignacio Camacho: "El gran éxito de Pedro Sánchez ha sido la completa despenalización moral y social de la mentira"

El País también se unta vaselina y pide ahora a Sánchez que explique su acuerdo secreto con ERC

Pedro Sánchez está frito por ser presidente del Gobierno y además al precio que sea. El problema para el socialista es que ha intentado ocultar en la medida de lo posible los acuerdos con los golpistas de ERC y hasta el mismísimo diario El País le pide al candidato que dé explicaciones sobre lo pactado con el partido del preso Oriol Junqueras.

El editorial de ABC es rotundo a la hora de sentenciar que Sánchez ha cedido ante la extorsión de ERC y critica el silencio dentro de la militancia del PSOE a la que no se le ha consultado por este acuerdo con los separatistas:

Sánchez ha claudicado ante una extorsión con la unidad de España como peaje para regalar un triunfo a la minoría de catalanes que profesa un odio inexplicable al resto de españoles. En condiciones normales, urgiría una reacción de esa parte tan cínica del PSOE que cuestiona el entreguismo de Sánchez pero se somete a sus caprichos de gobernante irresponsable. Según Sánchez, en Cataluña hay un «conflicto político» que solo puede resolverse mediante una consulta impuesta por ERC. Eso sí, sin pasar antes por el filtro de la propia militancia socialista, a la que solo consultó si debía negociar una coalición con Podemos, pero a la que ignora para arrodillarse ante ERC.

Álvaro Martínez no tiene duda de que a Sánchez le importa un pimiento haber reventado al personal del Congreso el fin de semana de Reyes y da un argumento esencial:

Convertir su investidura en un regalo de Reyes para los españoles entra dentro del complejo universo cognitivo del presidente, aunque para ello tenga que poner patas arriba el Congreso con el fin de organizar todo a la carrera. Todos los diputados, el personal de la Cámara, las Fuerzas de Seguridad, esos periodistas que tienen la «enfermiza manía» de preguntar… todos movilizados en fechas complicadas y con el aumento del coste que ello conlleva. Pero para alguien que va a la boda de su cuñado en helicóptero (desde lo de la Pantoja lanzándose al agua desde uno no se recordaba nada más aparatoso en materia de autogiros), o para quien coge el Falcon para ir a un concierto a Castellón, estas cosas pasan a un lugar remoto en sus consideraciones.

Luis Ventoso tiene claro que la decisión de Sánchez de encamarse con podemitas y golpistas no le va a salir precisamente barato a los españoles:

La broma de Sánchez te podría costar tu empleo. Si te has deslomado toda tu vida trabajando y has ahorrado con gran esfuerzo para comprar un segundo piso con la idea de alquilarlo, o simplemente para reservarlo para tu ocio, las leyes del Gobierno social-comunista van a invadir tu libertad e incluso te señalarán si eres dueño de una vivienda desocupada. La broma de Sánchez limitará tu derecho a la propiedad privada, uno de los cimientos de la civilización. Si eres valenciano, gallego, andaluz, manchego, extremeño… ya sabes que a partir de ahora serás un español de segunda, que no pinta nada, porque el modelo de Estado –o más bien el desguace del Estado– se va dibujar al dictado de los enemigos del país, los separatistas catalanes y vascos. Y esa broma podría ser el inicio de la implosión de la Nación española. Si formas parte del 69% de españoles que se declaran católicos, ya sabes que ahora tendrás un Gobierno que trabajará activamente contra tu religión, empezando por restricciones a la libertad educativa con rejones a la concertada.

Ignacio Camacho considera que Sánchez ha hecho lo que mejor sabe hacer, convertir su discurso en palabras inanes y no despeinarse si un día dice A y al día siguiente B:

El gran éxito de Pedro Sánchez ha sido la completa despenalización moral y social de la mentira. A base de convertir su palabra en una filfa, en un palique carente de sentido, en una cháchara vacía, ha conseguido que la contradicción compulsiva, el autodesmentido, la rectificación continua, carezcan de la más mínima consecuencia política. Que cualquier afirmación, cualquier promesa, cualquier negativa, cualquier simple frase que pronuncie adquiera de inmediato la condición de una baratija y le faculte por tanto a considerarla no dicha. Al destruir, por desgaste, el valor contractual del compromiso entre el dirigente y su pueblo, se siente liberado de todo lastre ético. Y lo ha hecho con tanta nitidez, de un modo tan reiterado y abierto que tal parece que la culpa no es suya sino de quien resulte tan inocente como para confiar en él o seguir creyendo en la remota posibilidad de que alguna vez se guarde a sí mismo un cierto respeto.

El editorial de La Razón se centra en como la presidenta del Congreso de los Diputados ha preparado un pleno que le convenga solamente al Grupo Socialista, pendiente como está de la decisión que adopte este 2 de enero el Consejo Nacional de ERC:

El Gobierno en funciones no tiene problemas en presionar al JEC, ya que en las previsiones socialistas se contaba con que Sánchez ya habría sido elegido presidente ante del día 3. No ha sido así, siendo la primera sesión de investidura precisamente un día después en la reunión de la JEC, el día 4. Hoy se hará pública la convocatoria oficial de la sesión, el mismo día que ERC debatirá en su Consejo Nacional si hace presidente a Sánchez. La presidenta del Congreso, Meritxel Batet, ha sido muy generosa con el grupo socialista al planificar que la reunión de los independentistas se pueda realizar antes de las sesiones de investidura los días 4, 5 y 7. Para entender los pasos que está dando el PSOE en su negociación con ERC hay que partir del hecho de que los socialistas no tienen como objetivo principal solucionar el «conflicto catalán», sino conseguir el apoyo de los independentistas en forma de abstención para investir a Pedro Sánchez. Por lo tanto, todos los pasos que se están dando por parte de los socialistas para satisfacer en lo posible las exigencias de los independentistas tienen un único objetivo. No importa el precio.

El País, que tanto ha celebrado el Pacto de la Vaselina, muestra sus temores y le pide al presidente en funciones que clarifique sus acuerdos con ERC:

En esta vertiginosa secuencia política destaca la ausencia de cualquier referencia a un trámite inexcusablemente debido a los ciudadanos por parte del candidato socialista, tras ocho meses de interinidad. Su decisión de conducir las negociaciones con ERC manteniendo una hermética reserva sobre su contenido le exige ahora comparecer públicamente para explicarlo con exhaustividad. Esta comparecencia, urgente y obligada, es tanto más necesaria por cuanto los extremos del acuerdo que han trascendido suscitan interrogantes cuya respuesta no puede confiarse a la mera publicación del documento. Tampoco dejarse para después de la investidura, so pena de provocar una grave disonancia entre la confianza institucional que el candidato llegue a obtener de la Cámara y la desafección política que pudieran suscitar sus compromisos para conseguirla una vez conocidos. El tiempo para que el candidato socialista las clarifique es, sin duda, ajustado, porque a una parsimonia de meses le ha sucedido una precipitación de horas. En cualquier caso, no tan ajustado como para que no pueda hacerlo, y más tomando en consideración lo mucho que su estrategia para ser investido pone en juego.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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