FALTA DE RESPETO A LOS VOTANTES DE VOX

El Quilombo / La entrevista-trampa del NO-DO soviético a Abascal no puede quedar impune

¿Hasta cuándo el obediente pueblo español seguirá aguantando que el dinero de sus impuestos vaya a parar a una cadena pública que solo sirve para mantener a una casta de periodistas entregados en cuerpo y alma a la mentira y la manipulación?

Son casi 800 millones de euros al año (contando a toda la Corporación RTVE) y más de 6.295 nóminas que nos cuestan 389 millones de euros. Es decir, que el 43 por ciento del presupuesto va destinado al pago de sueldos. Una sobredimensionada plantilla con la que se podrían levantar tres televisiones privadas (duplica a los empleados de Mediaset (1.267) y Atresmedia (2.022).

Un pozo negro de dinero público al que el duopolio privado está obligado a destinar un 3% de sus ingresos brutos, mientras que las operadoras de telecomunicaciones con plataformas de contenido pagan un diezmo un 0,9%.

Una televisión obsoleta y desfasada en plena dictadura Netflix que al ser incapaz de informar con rigor y veracidad solo aspira ahora a ser la hoja parroquial del Gobierno de Pedro Sánchez.

Con estos mimbres, el papel residual de la soviética ‘Televisión Espantosa’ de Rosa María Mateo, Enric Hernández y resto de peones al servicio de Moncloa se limita a ridiculizar a VOX con el dinero de los contribuyentes.

Porque lo peor no fue la entrevista-trampa de la nueva chica Fortes a Santi Abascal sino el intento de mofarse de su partido como si aquello fuera El Intermedio del multimillonario Wyoming. Se ve que la catalana Mónica López viene bien aprendida de la fascista TV3.

La orden era endosarle a Abascal la letra escarlata del franquismo, transmitir la sensación de que estábamos delante de un político «al que no le gusta la democracia» como le preguntó López, que tiene más mala leche que ‘El Lechero’ Fortes.

Y como no tienen escrúpulos, colaron una pregunta ‘inocente’ de un cargo socialista a la que hicieron pasar por una tal Carmen.

No satisfechos con esto, hicieron un retrato robot del votante de VOX como una bestia analfabeta sin estudios y que come con las manos (un “colectivo con pocos estudios” y “con un nivel económico más bajo de los principales partidos”). “Antes “Cayetanos”, ahora “analfabetos y pobres”, resumió Macarena Olona.

VOX no puede dejar impune que a sus votantes se les trate como analfabetos desde una televisión pública. Abascal no puede prestarse a eso y debería rechazar futuras entrevistas (al igual que hizo con laSexta) exigiendo una mesa de tertulianos más plural que respete las ideas de la tercera fuerza política española.

Ya no alcanza con quejarse en Twitter de que las televisiones compradas del Gobierno manipulan y mienten. Ya lo sabemos de sobra y no van a cambiar a no ser que se les plante cara márcandoles líneas rojas inexpugnables. Por respeto a sus votantes y a la libertad de expresión que la cadena pública convierte en sorna, escarnio e intoxicación.

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