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El tronchante golpe de Ussía a Junqueras por ser un delincuente indultado que apoya a los presos etarras

"Junqueras, probablemente, no pudo disfrutar del paisaje que estaba ensuciando..."

El tronchante golpe de Ussía a Junqueras por ser un delincuente indultado que apoya a los presos etarras

Merece la pena rescatar la columna de Alfonso Ussía en El Debate de este martes 26 de octubre de 2021 aunque solo sea por la frase mágica que se encuentra entre sus líneas…

Porque sí, tiene razón Ussía al escribir una faltada física contra uno de los que intentaron romper España por las malas y después, para colmo, son indultados porque les necesitan para mantener el poder. Aún así y todo, siguen diciendo que lo volverán a hacer, así que resulta excelente y sienta genial un buen agravio a tiempo.

Y si no, que no hubieran aparecido apoyando a los etarras y la liberación de presos en San Sebastián:

Hace unos días, una considerable masa de seres infectos invadió la belleza del paseo de La Concha para pedir la «libertad de los presos». […]

 

Y ahí estuvieron también pidiendo la «libertad de los presos», muchos de ellos sanguinarios asesinos, Junqueras y Romeva, los delincuentes indultados por Sánchez en contra de la decisión del Tribunal Supremo. Junqueras, probablemente, no pudo disfrutar del paisaje que estaba ensuciando, porque con un ojo mira a Cataluña y con el otro a Lisboa, pero sí contribuyó con su presencia a la breve, pero repugnante, exaltación de la cloaca.

Un maestro de las afrentas

Como hasta para zaherir hay que saber, vamos a reconocer en esta pieza que el columnista Alfonso Ussía es un maestro de ello:

En una ocasión, se buscó una fórmula para insultar a dúo a dos personajes tan dispares como Echenique y Marhuenda…

Recordamos también cuando llamó “tonto y miserable” a Ignacio Escolar.

Fantástico fue cuando dejó para el arrastre al actor Carlos Bardem por “vago, racista y comunista”.

Fastuoso resultó una definición que encontró para Kichi González: “Ceporro que no vale ni para insultar”.

Y recordamos por último el varapalo que le metió a la periodista Pilar Eyre; no tanto un insulto como sí una aseveración de bajos fondos.

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