Tiene ya semanas la pugna partidista de Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso que no es más que una disputa lógica y normal por el poder dentro de un partido político, pero sabiendo los dos dónde están en el presente: uno apunta a presidente del Gobierno en 2023 y la otra es presidenta de la Comunidad de Madrid y azote de Pedro Sánchez de pleno derecho.
En varias intervenciones públicas, tanto Díaz Ayuso como el propio Casado y, sin ir más lejos, Teodoro García Egea en Antena3 este mismo 23 de noviembre de 2021, han asegurado que las desavenencias están más que solventadas:
Todo este ruido lo que hace es que la gente no hable hoy de que Sánchez haya pactado los presupuestos con Bildu, de que los transportistas están en la calle o de que no podemos más con el recibo de la luz.
Y en lo relativo al dichoso bloqueo de WhatsApp, que ya aclaró Ayuso en El Hormiguero, aseguró el secretario general del PP que «yo soy más de hablar con las personas cara a cara».
Pero todo esto no le sirve a Antonio García Ferreras, que a veces se olvida del ‘más periodismo’ para hacer otras cosas. En esta ocasión, busca incidir a toda costa en esta batallita interna para que alcance cotas insospechadas -a lo Aguirre con Rajoy- y tratar de que esto perjudique electoralmente al partido en lo que viene en 2022 y 2023. Quizás, esa es la única baza con la que cuentan ya los suyos, los de la izquierda.
Por eso, en el Al Rojo Vivo se le escapaban esos comentarios incendiarios que le encantan: «¡Guerra total y absoluta!»
Pues mire, va a ser que no.
«Ayuso ha levantado el pie del acelerador», le contradecía Joaquín Manso (El Mundo), sentado en la misma mesa.
