El papa Francisco, ´en un triple salto mortal´, se ha superado a sí mismo en una entrevista publicada en el Corriere della Sera, en el día de ayer.
Al parecer, según él, la culpa de la invasión rusa de Ucrania, y de los crímenes cometidos contra la población civil, no es de Putin, sino de la OTAN:
“Los ladridos de la OTAN en las puertas de Rusia” indujeron a Putin al conflicto.
Por si quedaba alguna duda sobre de qué pie cojea Bergoglio y dónde están sus simpatías, lo aclaró cuando en la misma entrevista, al ser consultado sobre un posible viaje suyo a la capital ucraniana, dijo:
”A Kiev por ahora no voy. Antes debo ir a Moscú, a encontrar a Putin”.
Pero tal vez lo más fuerte fue cuando, tras dar a entender que no estaba muy de acuerdo con la entrega de armas a Ucrania, ´reveló ´en exclusiva´:
“Los rusos ahora saben que los tanques sirven de poco y están pensando en otras cosas.”
¿Pegasus? ¿Revelación divina? ¿Mortadelo y Filemón Agencia de Información?
Solo él sabe cómo se ha enterado de cuál va a ser la estrategia, y las armas a emplear, a partir de ahora por Putin en Ucrania.
Podríamos hablar de que ha tenido un mal día, o que no quería decir lo que ha dicho…; y podría valer, si no fuera porque llueve sobre mojado.