Rufián no se entera
Mientras Pedro y Pablo andan enredados en un duelo sin cuartel, dos gallos en el mismo corral, cada uno con sus cartas, ambos jugando con el miedo a lo que han dado en llamar, de un modo miserable, pero efectivo, el trifachito les adelante por la derecha, o por el centro, Rufián solo ve la posibilidad que le conviene, o sea, que ese par de