Los lunes, revista de prensa y red

“El federalismo del PSOE y Ciudadanos”, de Ricardo Chamorro, y “Tenemos mala memoria”, de Nicolás de Cárdenas

( Viñeta de Sansón en El Norte de Castilla, el pasado día 7) (*)

EL FEDERALISMO DEL PSOE Y CIUDADANOS

Artículo de Ricardo Chamorro publicado en La Gaceta el pasado día 7

La gran solución para los problemas territoriales de España que plantean el PSOE y Ciudadanos es el modelo federal. En el PSOE hablaron de federalismo asimétrico. En Ciudadanos plantean de momento un modelo federal a secas. El debate sobre el modelo federal y la reforma constitucional será clave en los próximos meses. El Estado español es un Estado unitario por definición, lo que no quiere decir centralista, nunca compuesto o federal. Este carácter unitario ya se determino en las Cortes Generales y Extraordinarias de 1812 que ejercieron el poder constituyente originario del pueblo español, las cuales rechazaron frontalmente cualquier asomo de extravagante y extranjerizante federalismo.

Con respecto al Senado no cabe distinguir estamentos o territorios entre el conjunto de los ciudadanos libres iguales de la nación española lo que deja al Senado como una institución inservible a eliminar.

El Estado se descentraliza administrativamente a través de entidades autónomas que son las administraciones locales, Diputaciones o Comunidades Autónomas, estas entidades administrativas sirven al Estado para garantizar derechos a los ciudadanos en igualdad. El desarrollo autonómico en clave antinacional ha sido la clave del fracaso del propio modelo, unido a un descontrol por parte del Estado que en vez de velar por los derechos de los españoles en igualdad ha interpretado la descentralización como un dogma sin pararse a analizar los pros y contras en relación a la cohesión nacional.

¿Federalismo para España?

Un federalismo donde la igualdad no está garantizada, en caso del federalismo asimétrico, y donde se entremezclan justificaciones sentimentales, territoriales o románticas que no tienen nada que ver con la realidad histórica de España, es absurdo.

“Federar”, según el diccionario de la Real Academia, es “unir por alianza, liga, unión o pacto entre varios” pero España está unida desde hace siglos, para federarla primero habría que disolverla para luego unirla.

¿Esta es la solución del PSOE y Ciudadanos? Hablar de federalismo es darle carácter de Estado a Comunidades Autónomas, lo cual es un error en un momento donde el secesionismo está en auge, aparte de ser falso pues ninguna comunidad autónoma constituyo Estado alguno en la historia. Además, los nacionalistas nunca han pretendido integrarse en nada, por lo cual el único sentido del federalismo sería darles tregua para esconder su desastrosa gestión que ha arruinado sus regiones y cambiado su panorama sociológico por un provincianismo soporífero.

Un artículo de Jesús Lainz, llamado “Hartazgo” y publicado en el Diario Montañés en 2012, hablaba irónicamente de este absurdo auge de federalismo remontándose a los tiempos de la I República, donde demuestra la ignorancia de todos aquellos que hablan de federalismo como el mantra que solucionara todos nuestros problemas:

“¡Estoy hasta los cojones de todos nosotros!”. Con estas palabras zanjó el barcelonés Estanislao Figueras, fugaz primer presidente de la Primera República Española, uno de los últimos consejos de ministros que presidió antes de escabullirse al tren del que no sacaría la nariz hasta llegar a París.

Porque en aquel 1873, recién abdicado Amadeo de Saboya, al pueblo español le entró una calentura política desconocida hasta entonces: el federalismo. Inspirándose en suizos y norteamericanos (estos últimos, por cierto, acababan de ganar la guerra que, en nombre de la federación, desataron contra los estados partidarios de la secesión), los españoles descubrieron de repente su entusiasmo por una forma política que instauraría la virtud y la felicidad terrenales. La gente se saludaba por las calles al grito de “¡Salud y República Federal!”. Negarle a uno el título de federal se consideraba la peor de las injurias. Y, sin embargo, nadie, ni en la calle ni en el parlamento, conseguía ponerse de acuerdo en qué consistiese eso del federalismo.

Unos hablaban de descentralización administrativa; otros, de anulación de toda autoridad, de soberanía de las comunas, de supresión del ejército y la policía, etc. Los municipios comenzaron a proclamar su independencia, se destruyeron telégrafos, se levantaron raíles, se desataron huelgas generales, se asesinaron agentes del orden, se lincharon alcaldes, la nación de Jumilla amenazó con la guerra a la vecina nación murciana, el cantón de Cartagena se apoderó de varios buques con los que bombardeó “potencias extranjeras” como Almería y Alicante…

Casi siglo y medio después, para contentar a quienes han dejado claro que sólo les interesa la secesión, los socialistas, dedicando compasivas miradas a los infelices que no alcanzan su altura moral e intelectual, promueven una segunda edición que comienza del mismo modo que entonces: no sabiendo ni lo que quieren decir con la palabra “federal”.

Hagan la prueba. Pregúntenselo.

Artículo en: http://gaceta.es/opinion/federalismo-del-psoe-ciudadanos-20171107-0811/

TENEMOS MALA MEMORIA

Artículo de Nicolás de Cárdenas publicado en Actuall el pasado día 2

La tensión informativa y social del último mes en España ha sido brutal. El mes de octubre de 2017 será en el futuro estudiado (o manipulado, según la comunidad autónoma donde uno esté) como uno de los más importantes de la historia democrática de nuestro país.

Algunos podrán pensar que ha sido tanto y tan intenso lo vivido que no se nos olvidará jamás. Pero uno, que ya empieza a ver clarear parte de la barba, es más escéptico al respecto.

No desdeño el hecho científico de que las experiencias fuertemente ligadas a emociones son retenidas con mayor fuerza en nuestra memoria. Pero tampoco la experiencia comprobada de que tenemos la memoria muy corta.

Por poner un ejemplo, hace 10 años los españoles estábamos hipermovilizados contra la política pactista del Gobierno con ETA. Política iniciada por José Luis Rodríguez Zapatero y continuada por Mariano Rajoy.

ETA y sus amigos están hoy asentados más que nunca en los ayuntamientos vascos y navarros, pero ahora casi nadie denuncia esta ignominia. Hemos olvidado.

El Partido Popular presentó un recurso de inconstitucionalidad contra la ley de barra libre de aborto aprobada por el PSOE en 2010. Luego se comprometió electoralmente a reforzar el derecho a la vida de todos. Hubo movilizaciones. Gallardón se puso manos a la obra.

Finalmente Mariano Rajoy claudicó y dejó tirados a los que, de buena fe, creyeron en lo que -carta en la mesa pesa- figuraba en el programa electoral. El olvido (o el entierro en un lugar recóndito de la memoria) de este episodio es especialmente preocupante en el propio Tribunal Constitucional, que sigue sin resolver la cuestión de inconstitucionalidad.

A lo largo del pasado año estuvimos pendientes a hora y deshora de la degradación política y social en Venezuela. Vibramos con cada huelga, con cada manifestación, con cada tuiteo. Hoy ya apenas hablamos en España de Maduro, de sus trampas legislativas, de la violencia policial, de los presos de conciencia.

Lo mismo nos pasa con personajes como Eduardo Cardet, coordinador del Movimiento Cristiano Liberación y sucesor de Oswaldo Payá. Lleva encarcelado por un falso delito de atentado contra la autoridad por el régimen castrista cubano casi un año desde que le detuvieran cuatro días después de la muerte de fidel Castro.

Y lo hemos olvidado.

Asia Bibi lleva encarcelada en Pakistán siete años. Su caso, por desgracia, se ha enfriado. Tiene que comenzar todo de nuevo, a revisarse cada testimonio, cada acusación. Pero las presiones de los radicales islamistas en el país de los puros son asfixiantes y atemorizadoras. Para muchos, también Asia Bibi y su familia han caído en el olvido.

Esta sesión de flagelo de la desmemoria no pretende ser un empujón hacia el abismo, ni trata de batir el récord de tirar la toalla. Al contrario. Quiere servir de acicate para que la recuperación de la memoria nos lleve a la acción. Para mí el primero.

Schopenhauer tenía razón: “Cada uno tiene el máximo de memoria para lo que le interesa y el mínimo para lo que no le interesa”. Hagamos que no la tenga.

Artículo en: http://www.actuall.com/criterio/democracia/tenemos-mala-memoria/


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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