Carta entre amigos -III- (post mortem auctoris)

Por Carlos de Bustamante

( Viñeta de Peridis en El País el pasado 16 de noviembre) (*)

Las neuronas -¡ay tan deterioradas!- me dicen que esta segunda carta entre amigos vio la luz en versión primera hace ya más de un año. El querido amigo y confidente falleció sin ver publicada su opinión cuyo contenido creo un deber que lo conozcan nuestros amigos lectores. Más si tenemos en cuenta que, como el tiempo suele poner a cada cosa en su sitio, estas hacen de sus opiniones realidades que bien pudieran ser luz al final de un largo túnel.

Lean, pues, si les pete, la contestación a mis impaciencias y que en mi opinión no tiene desperdicio. Querido Carlos:

Me perdonarás la tardanza, pero el caso es que ando que no paro entre ocuparnos de nuestra hija y nuestros nietos mientras nuestro yerno está en el extranjero, bodas, funerales y tanatorios, compras, visitas, viajes… sin llevarnos, claro, el wi-fi, jaleos sin cuento que han impedido sentarme a ver mi correo con cierta tranquilidad, etc, etc..

Bueno, ya que me consultas, te diré que en estos días me habían llegado algunas señales que me alertaban de ciertos movimientos a los que se podría calificar como de «fuego amigo», tendentes, conscientemente o no, a desprestigiar a quien en este momento representa nuestra única tabla de salvación ante un conjunto de opciones absolutamente impresentables y dañinos. Es algo así como si nos amenazase un cáncer y estuviésemos dándole vueltas a que se nos rompió una uña. Porque estamos al borde de que la nación resulte ingobernable.

De ahí que considere que si hemos tenido suerte en algo, esto ha sido en contar con alguien que ha sabido mantener la serenidad y no dejarse arrastrar por los acontecimientos; alguien que ha impuesto sus tiempos y sus ritmos y no ha perdido la razón. Claro que nos habría gustado que pasaran otras cosas, pero nuestra realidad es ésta. Uno puede imaginar qué habría sucedido si el actual presidente hubiera entrado al trapo y caído en la trampa de adoptar los modos y maneras del resto de la jauría que le acecha. A mi juicio una vez más hemos tenido la suerte de contar con un gallego que nos conoce tan bien como el otro y sabe de qué pie cojeamos.

Mi impresión – y mi convicción – es que si no abordó el asunto del aborto fue porque al tomar la responsabilidad de sacar a España de una quiebra, decidió no incorporar a la lucha política ningún asunto que generara desencuentros, como sería de seguro el caso; luego, sin una mayoría contundente y con el resto de los partidos previsiblemente en contra, vería que plantearlo no haría sino empeorar una situación indeseable pero que de otra forma quedaría avalada por las urnas.

Claro está que uno a veces desearía acciones más decididas y «valientes», pero el gobernante ha de ser prudente, como llegó a preconizar nada menos que el mismo San Ignacio de Loyola. Pues parece fácil resolver las cosas desde el sofá, pero no sólo España, sino incluso Europa y el resto del mundo, se encuentran hoy en una situación confusa y peligrosa ante el futuro. Visto lo cual, ¿hay otra alternativa?

De ahí que yo estime humildemente que fomentar la desunión y tirar contra lo único que puede salvarnos parcialmente de la quema – y más ante una amenaza de escisión de Cataluña – me parece no sólo irracional, sino también suicida.

Bueno, ya me quedo más tranquilo habiendo respondido a tu consulta. Un fraternal abrazo. Jesús Ángel.

P.D.: mi salud no es precisamente óptima.


(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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Tres foramontanos en Valladolid

Con el título Tres foramontanos en Valladolid, nos reunimos tres articulistas que anteriormente habíamos colaborado en prensa, y más recientemente juntos en la vallisoletana, bajo el seudónimo de “Javier Rincón”. Tras las primeras experiencias en este blog, durante más de un año quedamos dos de los tres Foramontanos, por renuncia del tercero, y a finales de 2008 hemos conseguido un sustituto de gran nivel, tanto personal como literario.

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