Por Félix Torres. Introducción de Carlos de Bustamante

( El grito. 1976. Acrílico de Juan Genovés. 55×44) (*)

Me creerán si les digo -y perdonen mi incultura- queni idea del significado del palabro que encabeza el soneto recibido hoy (8 de mayo) de mi amigo y que lo es ya de todos vosotros, mis amigos y ahora más que probables lectores, Don Eufemio. Emético creí , infelice, que podría ser algo parecido por lo jocoso a perlético o pampurrio, como acostumbro a llamar al “eso” que me afecta hace “quisió” los años, que sé perfectamente son ¡35!

Una campaña de marketing minuciosamente calculada ha hecho sonar tres fanfarrias distintas, una cada día, para captar la atención del público. El miércoles, una carta. El jueves, un vídeo. El viernes, un acto. En los tres formatos, la misma mierda. Festival de eufemismos para evitar expresiones como terror, asesinato, crimen, extorsión o secuestro.

EMÉTICOS
(Soneto)

De ascos, repugnancias, sofocones,
de hastíos y berrinches, toneladas;
de repulsas, condenas mil, ahogadas,
de grimas y de harturas, repulsiones.

De náuseas y vahídos, desazones,
de ansias, de espeluznos y de arcadas,
de vómitos y bascas, de mascadas,
el mutis, me colmó, de los hampones…

Y el contento de tirios y troyanos,
la tibieza de otros, la inacción,
y las nueces de alguno, comprensivo.

¡Así los derrotamos!, muy ufanos
se jactan; y en modesta mi opinión,
están donde querían: ¡VOMITIVO!

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(*) Para ver la foto que ilustra este artículo en tamaño mayor (y Control/+):
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