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La obsesión por caer bien: ¿te preocupa no contar con la aprobación de tus jefes?

Aprende a gestionar ese deseo irracional por que los demás tengan una opinión positiva sobre ti o vive condenado a la frustración.

La obsesión por caer bien: ¿te preocupa no contar con la aprobación de tus jefes?

Creo que le caigo mal a mi jefe/a…

Tal preocupación te asalta porque hay opiniones que te importan más que otras.

La de tus jefes puede importarte especialmente por distintos motivos, siendo algunos mucho más bucólicos que otros: porque profesionalmente les admiras, porque tu trayectoria en la empresa depende de ellos, porque prefieres un buen ambiente de trabajo a un entorno tenso y hostil, porque tenéis que trabajar mano a mano o porque ta va la vida -y el sueldo- en ello…

Sea por la razón que sea, te preocupa caerle bien a tus jefes y te asalta al respecto alguna que otra preocupación invasiva. Bueno, tanto si es cierto que les caes mal como si no lo es… ¿Cómo puedes gestionar la situación?

A la mayor parte de la gente le gustaría llevarse bien con todo el mundo y caer bien a los que les rodean.

Desgraciadamente esto sólo podría ocurrir en un mundo ideal. Siendo asertivo y respetuoso en todos los contextos en los que nos movemos, nuestra parte de responsabilidad en la manera en la que nos relacionamos con los demás está cubierta, con independencia de cómo nos caigan otras personas o cómo les caigamos a ellas.

Tratándose del ámbito laboral, a la asertividad y el respeto se hace necesario añadir seriedad y diligencia (además de alguna que otra habilidad concreta en función del tipo de trabajo que tengamos que desempeñar). Poco más podemos hacer.

A partir de ahí los factores por los que a los demás podemos no caerles en gracia escapan a nuestro control. Desde tus ideas o tu forma de comunicarte hasta tu forma de vestir y los prejuicios a los que otros quieran asociarte. Son tantos los motivos por los que podemos resultar desagradables ante el ojo ajeno y es tan poco lo que podemos hacer para remediarlo… Es más, ¿es esto algo por lo que merezca la pena esforzarse?

Lo que no tiene sentido es olvidarse de uno mismo para caerle bien al de al lado, pues eso nos convertiría a todos en marionetas autómatas al servicio de presiones externas (todas ellas ingobernables). Quien se diluye y cambia de color en función del contexto en el que se encuentra para pasar desapercibido en el paisaje vive condenado a la frustración y a la constante insatisfacción.

¿Importa de verdad caerle bien a esa persona en concreto? ¿Incluso aunque se trate de un jefe o de una jefa? La respuesta es no, ni lo más mínimo. De hecho, si le caes bien o no es algo que probablemente no llegues a saber nunca a ciencia cierta, al menos no mientras la relación siga siendo estrictamente profesional; y de eso es de lo que se trata, ¿no es así?.

Una enorme cantidad de señales son susceptibles de ser malentendidas cuando no se analizan en su debido contexto: un gesto de autoridad que se confunde con desprecio, órdenes que se transmiten desde arriba y parecen estar hechas adrede para fastidiar,  decisiones impopulares a las que el cargo obliga…

El entorno laboral tiene unas reglas muy específicas que lo hacen único, pues no se trata de un contexto gobernado por la reciprocidad. La relación entre tú y tus jefes es, por naturaleza, desigual. Por ello no puedes personalizar y hacer tuyos ninguno de sus gestos, todos ellos pertenecen al ámbito del trabajo y allí deben quedar. El de arriba se relaciona contigo como empleado, no sois amigos.

Por eso, tanto si hay buena sintonía como si no la hay, tu margen de actuación es relativamente limitado y acaba donde acaba el ejercicio de tus responsabilidades laborales. Nada más puedes hacer a parte de seguir siendo un buen trabajador – incluso ejemplar si así lo deseas – y encargarte, en la medida de tus posibilidades, de que todas tus tareas salgan adelante con la mayor pulcritud posible.

Si esa persona de verdad te interesa, ya habrá tiempo, más adelante y en otro contexto, de entablar otro tipo de relación. Y, si por parte de esa otra persona no surge una relación más distendida, será necesario que aceptes que ella no lo quiere así.

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Autor

Ana Villarrubia

Ana Villarrubia es Psicóloga Sanitaria, directora del centro sanitario 'Aprende a Escucharte', docente en la rama clínica de la psicología, escritora y colaboradora en múltiples medios de comunicación.

Experto
Ana VillarrubiaPsicología

Ana Villarrubia Mendiola es Psicóloga Sanitaria, Experta en el tratamiento de trastornos de personalidad, Experta en terapia de pareja, Especialista en Psicoterapia y Psicodrama, docente en diversos másteres de psicología clínica y terapia cognitivo-conductual, y divulgadora en múltiples medios de comunicación, directora del Centro de Psicología ‘Aprende a Escucharte’, en Madrid, y autora del libro ‘Borrón y cuenta nueva: 12 pasos para una vida mejor’.

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