Este vino surge de los viñedos más especiales de la compañía de vinos Vintae en Toro, y procede de cepas centenarias y algunas prefiloxéricas, elaborándose con mínima intervención, y pasando 14 meses en barricas nuevas de roble francés. Pero si empezamos por su origen, debemos saber que Toro fue uno de los grandes descubrimientos de los viajes de la cuadrilla Vintae en busca de viñedos. En 2005 se encontraron allí con la mayor cantidad de viñedos centenarios y prefiloxéricos que habían visto, con unos suelos arenosos perfectos para la vid y un clima continental idóneo para evitar la aparición de enfermedades. Todas estas condiciones habían propiciado el mantenimiento de una viticultura ancestral, basada en el respeto de los ritmos naturales. Pero, sin duda, lo más especial que, según nos relatan, encontraron en Toro fueron sus viticultores, hombres y mujeres con un apego emocional a la tierra, a la que han dedicado esfuerzo, sabiduría, respeto y sacrificio durante generaciones.
Por eso ellos ponen cara a los vinos de Bodega Matsu, una palabra japonesa que significa “esperar” y transmite la filosofía de este proyecto. Esperar a que la naturaleza siga su curso, a que los viñedos cumplan 100 años, esperar al momento perfecto para abrir una botella de vino. Con El Pícaro, El Recio, El Viejo y La Jefa han querido elaborar vinos que conservan la potencia tradicional de los viñedos de Toro, pero aunándola con la frescura y elegancia que caracteriza a todos sus vinos.
Y lo consiguen con sus vinos y ahora con este Matsu El Viejo 2020, hecho al 100% con tinta de Toro, procedente de una selección de viñedos centenarios de producción extremadamente limitada y cultivados de forma natural en suelos arenosos con alto componente pedregoso granítico. La vendimia manual se llevó a cabo entre el 14 de septiembre y el 6 de octubre y su elaboración se inició con una maceración durante 14 días y la fermentación espontánea en depósitos de hormigón de 15.000 kg con levaduras autóctonas. La fermentación maloláctica se realiza en estos mismos depósitos, sometiéndose al vino a un filtrado suave y clarificación no agresiva, para preservar sus características naturales. Tras una crianza de 14 meses en barricas nuevas de roble francés, alcanzó un grado alcohólico de 15% Vol. El 2020 fue un año muy equilibrado, con un invierno seco y precipitaciones en primavera y principio de verano. En el momento clave para la uva, hacia final de verano, las temperaturas fueron suaves. Hacia final de septiembre las lluvias pusieron en jaque a los viticultores pero, finalmente, ayudaron a evitar una concentración excesiva, consiguiendo grados moderados y mucho equilibrio.
En cuanto a la cata, presenta un color rojo picota profundo, de capa alta, con notas violáceas en el borde. En nariz se4 lleva su complejidad al extremo, con una intensidad media pero enormemente rica en matices. Muestra un elegante compendio de aromas a frutos negros maduros, acompañados por matices más cremosos y dulces de la barrica, y unas notas especiadas finales .En boca resulta muy amable, destacando su suavidad, plenitud y voluptuosidad en todo su paso por boca. Es muy complejo también en el paladar, manifestando la excelente maduración, fruto del bajo rendimiento de los viñedos viejos. Su PVP es de 37,50 €.
