LAS PESADILLAS DE LA SINRAZÓN
Si está claro que el sueño de la razón produce monstruos (como atestigua el aguafuerte y aguatinta sobre papel verjurado ahuesado, de igual título, grabado número 43 de la serie de los “Caprichos”, 1797-1799, que pintó Francisco de Goya y Lucientes), qué desasosegantes pesadillas y diabólicos engendros, me pregunto, no será capaz de concebir y alumbrar la sinrazón humana, si cada vez son más los ciudadanos que, de manera voluntaria, gratis et amore, se ofrecen para portar la bandera, el estandarte, la oriflama o el pendón (qué pesado, perdón) del odio o la xenofobia; si, un día sí y otro también, se adhieren o suman por cientos y aun por miles a esa nueva causa o proyecto totalitario, aunque se vean luego obligados a portear sobre sus hombros a hombres sin ética ni escrúpulos, que creen que están por encima de la ley y suelen fungir de falsos galenos, al fingir que poseen la titulación exigida para poder curar el miedo y la inseguridad que, a lo largo de nuestra existencia, todos los seres humanos, sin excepción, sufrimos o sufriremos alguna vez.
Ángel Sáez García
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