ASÍ DE ORIGINAL ES OTRAMOTRO
Dilecto José Ignacio:
Si no te enfadas conmigo, intentaré explicártelo como suele hacer uno de mis heterónimos (al que le tengo, si no de forma perfecta, satisfactoriamente aleccionado), mi amigo Emilio González, “Metomentodo”: una es la fecha en la que el hacedor de mis días (todo autor es, de alguna manera, un semidiós; pero eso sí, también, sin ínfulas de Dios), Otramotro, escribe sus cartas y la misma u otra data distinta (más o menos alejada en el tiempo) cuando las publica. Tienes toda la razón en hacerte un lío, si sigues el hilo. Si las lees de manera independiente, el lío no es tal. A veces escribe un texto que verá la luz en apenas una/s hora/s o seis meses o un año después. Así de especial u original (o raro) es el abajo firmante.
Ignoro si has leído la epístola que le he terminado de redactar esta mañana a Pilar y luego (te la he enviado a ti) se la he enviado a ella, nada más subirla al blog. Ya ha visto la luz en dos medios o sitios. Si has pasado tu vista por ella, te habrás enterado de que ya estoy en Tudela, tras regresar ayer, pasadas las ocho y media de la tarde. Un viaje largo, pues había salido del hotel Magec, donde había estado hospedado durante la estancia o novena (algún día de la susodicha el vocablo susodicho fue casi cierto, “no ve ná”, pues, aunque uno, servidor, hacía el esfuerzo de ver, no veía nada a más de ciento cinco metros, por la espesa calima reinante), a las siete y media de la mañana.
En lo tocante al ordenador, este menda también es ídem, especial u original (o raro). Tenerlo tendría sus evidentes ventajas, sin duda, pero también muchos inconvenientes. Como me conozco, si lo tuviera y, asimismo, acceso a Internet, y me surgiera o tuviera una duda a las dos de la mañana, lo encendería para resolverla ipso facto. Al no tenerlo, no caigo en esa tentación (que sería mucha) y dejo la hesitación para solventarla al día siguiente en que la biblioteca abra sus puertas; así no me queda otra opción que dormir y/o descansar.
No suena nada bien eso de ser conejillo de Indias, pero yo he tenido la refractaria impresión de haberlo sido, una clara estratagema para que los cirujanos, verbigracia, mejoren su técnica quirúrgica.
Si has leído la epístola a Pilar, te habrás enterado de la conversación (no oía lo que decía el padre, pero intuí lo que le decía a su hija) que escuché (la joven no hizo mención de levantarse del sillón para que esta fuera privada o menos pública) ayer en la estación de Madrid-Atocha. De nada sirve que en un país se tomen medidas restrictivas si no se adoptan las mismas en el resto.
Lamenta el lío, pero perdónalo de antemano, porque tiene el notorio propósito de continuar con dicho procedimiento asentado, quien se despide de ti de la forma pactada: Distinti saluti!
Ángel Sáez García
