El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

¿Qué porcentaje de Iris es fetén?

¿QUÉ PORCENTAJE DE IRIS ES FETÉN?

¿TE VAS A CASAR, ÁNGEL, CON LA GILI?

¿Qué porcentaje de verdad (de la buena) hay en cuanto escribes sobre Iris? ¿Es una persona real, de carne y hueso, una fémina ilustre, insigne, o el personaje ficticio de una obra literaria? ¿Se llama y apellida así, Iris Gili Gómez? ¿Escribe? ¿O todo es un invento, el producto de tu imaginación desbordante y creativa? Quienes me leen con asiduidad desde hace diez o quince años, dos docenas o decenas, como mucho, me han hecho, durante los dos o tres últimos meses, alguna o varias de las preguntas precedentes, formuladas de la guisa que he trenzado o de otra similar.

Ayer, sin ir más lejos, en una de mis direcciones de correo electrónico, recibí de quien se llama Jesús (solo daré este dato auténtico sobre él) el siguiente “emilio”:

“Querido Ángel:

“He acudido al ‘espabilaburros’ (así denominaste tú alguna vez al buscador de Google) para saber más de Iris Gili Gómez y, salvo tus referencias o textos, no he hallado nada más sobre ella. Así que no te voy a preguntar, mutatis mutandis, o sea, cambiando lo que cabe, conviene o se debe cambiar, la misma pregunta que le formularon en cierta ocasión a Gustave Flaubert, ¿quién era Emma Bovary?, porque te conozco y barrunto, intuyo, presiento o sospecho cuál puede ser tu respuesta; pero acabo de leer, de un tirón, seis o siete de las últimas piezas que urdiste sobre Iris, trozos de ese puzle original que andas conformando con ellos, y me ha brotado, imponiéndose a otras (las restantes, que he desechado), que también me han nacido o surgido, antes y después de ella, esta interrogación: ¿Te vas a casar, Ángel, con la Gili?

“Te agradecerá que seas breve (que sé de qué pie cojeas)

“Jesús”.

Le he contestado lo siguiente:

Dilecto, socarrón (pues, he de reconocer que eres astuto, cual zorro, a la hora de encubrir tus burlas) y zumbón Jesús:

Espero que valores las gotas de sarcasmo con las que voy a asperjar los siguientes renglones torcidos, como aquí y ahora pondero la fina ironía con la que tú has rociado las líneas de tu “emilio”.

Se puede faltar, siempre que se haga con, al menos, una pizca de gracia, una vez, dos, tres…, pero ¿siempre? Lamento tener que confirmar que sigues instalado en la adolescencia, sin evolucionar, sin madurar, pues he vuelto a constatar (y es la enésima vez) lo consabido, que sigues llevándote todos los primeros premios que se convocan en torno al susodicho arte en particular, cómo disgustar a quien/es sea/n de modo burdo.

Mira que hay maneras y maneras de plantear una misma cuestión sin tener que molestar; bueno, pues, tú, con la tuya, ¿genial?, nos has incomodado a ambos, a Iris y a mí.

¿No recuerdas a Ulpiano? “Iuris praecepta sunt haec: honeste vivere, alterum non laedere, suum cuique tribuere” (“Estos son los principios del derecho: vivir honestamente, no molestar al otro y dar a cada uno lo suyo”). Confío, deseo y espero que esta vez aprendas la lección y seas consecuente.

Matrimoniar, como sabes, es una decisión que han de pactar dos personas (puede que, dentro de unos lustros o siglos, se reconozcan la poliandria y la poligamia, y entonces sean más). En el supuesto de que Iris y yo lleguemos alguna vez a ese río (no te rías, porque me contagias y haces que me ría), cruzaremos (o no) ese puente.

   Ángel Sáez García

   [email protected]

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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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