El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

¿En su cojera no reparó nadie?

¿EN SU COJERA NO REPARÓ NADIE?

Que últimamente (sobre todo, durante cualesquiera periodos preelectorales) en muchos países de nuestro entorno (incluyo a España entre ellos, por supuesto), la UE, ha habido campañas de desinformación (los poderes públicos han hecho lo correcto al tomar cartas en el asunto y empezar a proponer medidas y a poner las herramientas adecuadas y los medios democráticos apropiados para eliminar esos desmanes y/o evitar que los haya) donde, de modo digital y masivo, se difunden hechos y dichos falsarios es algo obvio para quien lee regularmente prensa (y lo es más público y notorio todavía para quien se echa a los ojos más de un periódico digital y/o de papel al día, y más evidente aún si son de ideología distinta u opuesta, si son dos, o complementarios, si son más).

Desde que existe la red de redes, siempre han circulado por ella bulos, pero últimamente, insisto e itero, sobre todo, en periodo preelectoral, más, mucho más (porque uno tiene la impresión o sensación refractaria de que estos se han incrementado de manera geométrica). Las susodichas campañas de información inveraz o averiada se han generalizado, sistematizándose, con la incuestionable intención de manipular a los incautos electores e influir en el proceso electoral de manera decisiva o determinante, decantando u orientando la dirección del voto hacia una opción o formación política.

Tengo para mí claro, cristalino, que el fenómeno mencionado arriba, que alguien (o un grupo de personas) interesado en el asunto ha ideado y puesto en funcionamiento con el propósito de beneficiar a unos, una opción o partido, y perjudicar a otros, a otras formaciones, es peligroso por lo pernicioso que puede devenir para la opción denostada, odiada, vapuleada o vilipendiada injustamente. Ahora bien, la solución que se proponga o habilite para solventar dicha iniquidad no debe ni puede inquietar tanto a la ciudadanía como para que dicha medida propuesta parezca que pone en tela de juicio la sacrosanta libertad de expresión o pretende remover el derecho inalienable a poder manifestar (oralmente o por escrito) pensamientos o pareceres que puedan resultar críticos, discrepantes, y molestar y aun provocar asco o bascas a otros, sean estos una mayoría o una minoría social.

Al parecer, el Gobierno de coalición PSOE-UP no ha tomado en consideración, o sea, ha hecho escaso caso u omiso, a cuanto los versados en el asunto de marras (en mi personal criterio, dando estos, los entendidos en la materia, de lleno en el blanco o centro de la diana, esto es, sin marrar) habían recomendado encarecidamente que se hiciera (y el actual Ejecutivo o ha acallado o ha echado en saco roto, porque no lo ha tenido en cuenta), que se legislara en contra de la sobredicha difusión fraudulenta (en realidad, “fraudurrápida”), maliciosa, y no en qué es verdad o mentira, que, al final, como adujo Ramón de Campoamor y Campoosorio en su proverbial y ya clásica cuarteta, depende del cristal a través del cual se mire.

He aquí la razón de peso por la que el abajo firmante ha juzgado conveniente afear el “procedimiento de actuación contra la desinformación” que ha ideado el Gobierno y el pasado jueves 5 de noviembre apareció publicado en el BOE. A quien debía controlar la pertinencia o no de su redacción (si alguien llevó a cabo dicha supervisión), ¿no le llamó la atención su cojera democrática? Si la mujer del César, además de ser decente, debe parecerlo, teniendo presente quiénes iban (confío, deseo y espero que, una vez advertido el yerro, este sea corregido y ya no sea así) a formar parte del comité que velaría por que sus actuaciones fueran ecuánimes, justas, dependientes de la presidencia del Gobierno, y de la Secretaría de Estado de Comunicación, ¿no quedaría la imparcialidad, independencia y neutralidad de dicho comité en agua de borrajas o cerrajas?

   Ángel Sáez García

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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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