DE IRIS DOBLE RETRATO (EN PROSA Y VERSO)
IRIS UNA MUJER ES GUAPA, ESBELTA
Iris es una mujer guapa, esbelta, cabal; con lo justo para sentirte embelesado por ella. Con inopia o escasez más que con multitud, copia o abundancia, aunque irradie por doquier su carisma inagotable, inmarcesible. No la hacen bella las ropas que viste (tercera persona singular del presente de indicativo del verbo vestir, no segunda persona singular del pretérito perfecto simple del verbo ver), sino las pocas (al principio, había escrito muchas, pero, como no deseo que el lector, ella o él, se vea en la obligación de achacarme y señalarme al momento la clara contradicción en la que habría incurrido, sin duda, si no me hubiera dado cuenta, en tiempo y forma, de dicho error, procedo a subsanarlo en un pispás y a ahorrarle a él el trabajo de tener que afearme la incoherencia o incongruencia y señalármela, y a mí el de tener que soportar estoicamente el consiguiente sonrojo o vergüenza) prendas que acarrea. Aunque acostumbra a llevar el pelo recogido en una coleta, cuando se lo suelta, esparce a los cuatro vientos sus hebras, como hace el sol, libremente, con las suyas. Desde el punto de vista cosmético, si se pinta los labios, lo hace tan sutil o tenuemente que apenas se nota. Si resalta sus pestañas, cabe aseverar tres cuartos de lo propio, pues son imperceptibles el carmín y el rímel.
IRIS ES UN PIBÓN, FÉMINA ESBELTA
Iris es un pibón, fémina esbelta;
Es lógico y normal que cautivado
Se sienta quien la ha visto y contagiado,
Como hace la variante india, la delta.
Barrunto que su leche sabe a celta,
Gallega, porque aún no la he probado;
Era la que bebía en el pasado;
Para mi gusto la mejor, sin vuelta
De hoja. No obstante lleva recogido
El pelo, si este se lo suelta, esparce
Hebras, y una a ella te una o acaso engarce.
No suele usar carmín para los labios
Ni para las pestañas socorrido
Rímel, que pueden ser afeites sabios.
Ángel Sáez García