El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

¡Qué milagro más raro hizo Dios Trino!

¡QUÉ MILAGRO MÁS RARO HIZO DIOS TRINO!

CUANDO DIOS LAGRIMEA MILAGREA

   Hoy en día uno, verbigracia, el abajo firmante, servidor, sin ir más lejos, tiene dos impresiones refractarias, firmes, fijas; una, que las cosas y los casos de mi niñez eran fácilmente asimilables, comprensibles (esa es una sensación generalizada entre mis quintos, ellas y ellos); y dos, que los casos y las cosas actuales son más complejas o complicadas, dificultando su intelección correcta y acertada bastante, un montón, pero hasta unos límites inauditos, insólitos, insospechados.

Emilio González, “Metomentodo”, me contó el otro día, mientras nos tomábamos una cerveza en la terraza de un bar del barrio de Lourdes de la capital de la Ribera Navarra, Tudela, un sueño, que solía repetírsele con cierta frecuencia, que comenzaba siendo angustioso, pero acababa causándole una calma o tranquilidad plácida.

Tras suministrarme hasta pelos y cicatrices del mismo (hizo un relato pormenorizado), he aquí la interpretación o exégesis que le he brindado:

Dios, adoptando su proverbial forma triangular, Trino, como si fuera el faro salvador o guía de una costa, sí, pero no circular, sino, insisto e itero, triangular, había proyectado su potente haz de luz sobre la silueta de Metomentodo, dando a entender o significando que, por ciencia infusa, le había inculcado o inspirado en su caletre esta fetén o verdad, que, no obstante Emilio le había impetrado varias veces con devoción verdadera y oraciones sin cuento, había decidido hacer oídos sordos a sus solicitudes y no echarle nunca una mano en ninguna de las muchas oposiciones a las que se había presentado, por esta razón de peso, porque no quería que, por ese hecho (pues la causa de la causa acostumbra a ser causa del mal causado) saliera airoso de ese brete o trance, sacara una nota alta en las encerronas y obtuviera plaza y, de resultas de todo ello, Metomentodo fuera a la cárcel.

Dios prefirió que Emilio entrara a trabajar en la Editorial Total y, tras sucesivos ascensos y responsabilidades en la empresa, llegara a subdirector de la misma, antes de jubilarse (de ser pensionado obligatoriamente, sensu stricto), por enfermedad.

Dios, aunque cueste entender el milagro (con razón se tiende a repetir el aserto que, sobre el Todopoderoso Señor, san Pablo les dirigió en la epístola a los Romanos en 11, 33: “¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!”), tuvo un gesto formidable con Metomentodo, que cabe calificar de gesta prodigiosa. Como Dios es Omnisciente, esto es, sabe todo lo que pasó, pasa y pasará, vio los comportamientos indecentes y corruptos que Emilio iba a tener con varias de sus alumnas y cortó por lo sano. Ofuscó provisionalmente los cacúmenes de cuantos miembros (hembras y varones) iban a componer o conformar los tribunales de todas las oposiciones a las que Metomentodo se presentó y con las malas notas que estos le pusieron, así, evitó a Emilio el calvario y aun el infierno que le esperaban en vida.

¡Cuántos milagros habidos y por haber, que han tenido o tengan la apariencia de clamorosas injusticias manifiestas, han sido y/o seguirán siendo prodigios notorios divinos, probando lo obvio, que Dios Trino existe y cuando lagrimea milagrea!

Nota bene

   Me acaba de llegar, a través de un correo electrónico, a una de mis direcciones de tal, la respuesta de Metomentodo, que me ha enviado y donde me dice lo que sigue:

“Dilecto Ángel/Otramotro:

“Puede que hayas dado de lleno en el blanco o centro de la diana, o puede que hayas marrado morrocotudamente, en tu exégesis sobre mi sueño.

“Teniendo en cuenta la navaja de Ockham (ya sabes, ‘en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable’), conjeturo o juzgo que Dios ofuscó una única mente, la mía (en lugar de las cinco de los miembros de los distintos tribunales).

“Un abrazo.

“Emilio González, ‘Metomentodo’”.

   Ángel Sáez García

   [email protected]

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

Lo más leído