UNA NÍNFULA PRECIOSA
Aunque tiene sobrepeso,
Una nínfula preciosa
Me parece, sí, y ociosa.
Daría en la frente un beso
A la que está como un queso;
Y en sus dos ojos marrones;
Se le marcan los botones
Bajo la tela eviterna
Que cubre su piel hodierna;
Intuyo que son dulzones.
No sé su nombre de pila,
Pero le encaja el de “Mila”,
Que el hipocorístico es
De Milagros, o al revés,
Formando una retahíla.
Ángel Sáez García