HASTA QUE TRES LOGRARON ADMIRARLOS
Escribe un músico en papel pautado
Y donde encuentra un hueco, sí, Otramotro,
En una servilleta o en cualquier otro
Sitio, donde se lea lo anotado.
Quien su talento alguna vez catado
Haya, se hallara el tal subido a un potro
De tortura o un cadalso hecho de notro,
Confirmará aquí cuanto yo he apuntado.
Aunque nadie leyera sus escritos,
Seguiría esforzándose al trenzarlos
Hasta que tres lograran admirarlos.
Eso dicen sus ojos siempre a gritos.
Por eso yo lo elogio abiertamente
Y porque me dio vida sutilmente.
Emilio González, “Metomentodo”.
Ángel Sáez García