El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Sexto sentido también tiene «Dante»

SEXTO SENTIDO TAMBIÉN TIENE “DANTE”

No sé si estoy equivocado, pero me consta que no hay lector asiduo, como te considero a ti, atento y desocupado, que me lees (ora seas o te sientas ella, ora seas o te sientas él, ora seas o te sientas no binario), y me reputo, asimismo, yo, que no tenga claro, cristalino, lo que también sabemos ambos, que el ejemplo de la manzana, que exhibió José Ortega y Gasset en una conferencia inolvidable, ya proverbial, tropo de la verdad, no a todo el mundo le sirve, pero a nosotros nos ayuda y empuja a aseverar que no ignoramos cuanto distingue a una ficción de lo que no lo es, y que la reconocemos apenas nos hemos llevado a los ojos sus primeros párrafos, de la misma manera que los perros huelen y, por ende, saben, que yo los temo, y no porque me hubiera mordido uno en mi tierna infancia, no (se dice, con lógica normalidad, que el gato escaldado del agua tibia huye), sino porque ese percance, el de la canina mordedura, lo sufrió un amigo mío, sí, antaño.

Tengo otro amigo, que tampoco fue mordido por can alguno, que sostiene la especie de que todos los animales, absolutamente todos, sin excepción, los racionales y los irracionales (a veces, los unos nos parecemos tanto a los otros, y viceversa, que semejamos meros clones o extensiones, los unos de los otros, o los otros de los unos), tenemos un sexto sentido, y que él lo desarrolló mientras cumplía el servicio militar en Madrid. En la cola de un cine, su personal laboratorio, sabía identificar si otro quinto o recluta, como él, era homosexual, bisexual o heterosexual, sin apenas error. Según él, el heterosexual le podía mantener la mirada fija sin desviarla, pero el homosexual no (como pudo comprobar varias veces en los váteres de los cines y apuntar en su diario o libreta), aunque esa tarde el conejillo de Indias hubiera ido a ver la película en compañía de su amiga o novia (fuera esta de pega o no).

En una tesis similar, mutatis mutandis, acostumbra a insistir otro amigo, que, cuando cogía el metro, presentía (para dar cuenta del caso, unas veces ha usado la palabra corazonada, otras epifanía, otras pálpito), sin marrar, qué viajeros, de los que iban en su mismo vagón, se bajarían en la estación que quedaba cerca de una comisaría de policía. Aunque fueran vestidos de calle, despedían un perfume propio de maderos; como tres cuartos de lo propio ocurría con los estudiantes universitarios de entonces, se refería a los primeros años de nuestra democracia, dejábamos otro característico, supongo, y, a la inversa, éramos catados al momento por ellos, mantenía.

Tengo otro amigo, pero este lo es del alma, que, de vez en cuando, o de cuando en vez, suele soltar por su mui este aserto, que su perro, “Dante”, si pudiera hablar, que derrocha denuedo a espuertas en hacer tal cosa, pero, al carecer de cuerdas vocales, por mucho que lo intenta, no logra dicho propósito, le diría lo que tanto él como yo barruntamos, que él, Dante, el can, también tiene sexto sentido.

Nota bene

No he olvidado lo que, como pudo (había sufrido un ictus cerebral y las secuelas que le había dejado dicho accidente vascular eran evidentes), me dijo, no sin esfuerzo, un primo carnal de mi padre, que hizo la mili con él en Getafe: “Eres el vivo retrato de tu padre; te pareces como una gota de agua a otra gota de agua”. No sé si se refería al físico o al comportamental, a la prosopografía o a la etopeya. Creo, sinceramente, que se equivocaba, porque mi padre hacía honor a su bello nombre de pila, Eusebio, que, en griego clásico, significa piadoso, y, sin lugar a dudas, lo era, mientras que yo, aunque me llamo Ángel, cuando, tras haber estado usando un BIC azul con mi diestra, dejo de empuñarlo, en numerosas ocasiones, eso me dicen, al menos, quienes me siguen, mis epígonos, devengo en mensajero, sí, pero no entre dioses, sino entre demonios.

   Ángel Sáez García

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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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