Contra el adelanto de la hora
Conste que cuado escribo es todavía viernes, falta un día entero para que adelantemos la hora en todos los relojes del mundo. Bueno, en todos los relojes de nuestro mundo. Ya, tan anticipadamente, me empieza a subir la mala leche. A mí me sienta mal, y eso que tengo la precaución de no viajar en esa fecha, aún suena en mis oídos la larga