Pedro Sánchez es una «caricatura» de presidente que «daña seriamente» a España. Es mi opinión, imagino que también la de muchos de ustedes y la de Alberto Núñez Feijóo, flamante líder del Partido Popular.
Para Feijóo, el socialista Sánchez es hoy un presidente «desorientado», «superado por los acontecimientos», «pillado en sus propias contradicciones» y «chantajeado una vez más» por sus socios independentistas.
En definitiva, un tipo que los españoles «no merecemos» y que, para nuestra desgracia, está la cabeza del «peor Gobierno de la democracia”.
Pues este jueves, Feijóo salvó el culo a este nocivo sujeto, permitiendo que su nueva Ley de Seguridad Nacional -diseñada para derogar la de Rajoy y con artículos que amenazan nuestra libertad y dejan inermes ante los violentos a nuestros policías y guardias civiles- pueda tramitarse, esquivando las enmiendas a la totalidad que habían planteado los golpistas y proetarras que sostienen al Gobierno.
El PP dice que lo hace por responsabilidad. Bueno.
Es comprensible que Feijóo y los populares, a los que las encuestas colocan en La Moncloa en cuanto tengamos elecciones generales, quieran ofrecer una imagen de partido de Estado, pero salvar a Sánchez es condenar a España.
Si el mal es el PSOE, que se abraza a los que asesinaron a sus dirigentes y entrega el CNI a los golpistas que maniobran para destruirnos, no tiene sentido echarle un flotador.
El PP, como VOX, es oposición y aspira a gobernar. Si la seguridad del Estado está en fase de desguace por culpa de Sánchez, no son Feijóo y Abascal quienes deben rescatarle.
La única opción correcta y que entenderá el electorado, es que le pisen la cabeza para que se hunda más rápido y termine de una vez la pesadilla.
Si el PP y VOX hubiesen votado contra la ‘Ley de Inseguridad’ sanchista, lo máximo que habría ocurrido es que el texto hubiera viajado de vuelta a La Moncloa, para que lo rehicieran.
Que una vez allí, Sánchez y sus compinches se empecinan en trufarlo de tropelías, ocurrencias y concesiones a los enemigos de la democracia, allá ellos, porque van indefectiblemente hacia una derrota electoral clamorosa.
Y lo que esperamos todos los españoles, en cuanto haya elecciones y echemos a estos facinerosos, es que los que lleguen al poder -presumiblemente PP y VOX- arrasen con todo lo malo que han hecho los socialistas y sus colegas.
El PP no está en disposición de defraudar más a sus votantes, ni VOX de empezar a hacerlo.
Mensaje para Feijóo y Abascal: háganme caso y Sánchez no le den ni agua.
España y los españoles, se lo agradeceremos.