Le han dado la del pulpo a la socialista Margarita Robles.
Iba muy ufana, este 22 de noviembre de 2024, la ministra de Sánchez a levanta, convencida de que sería recibida con aplausos y los vecinos de Paiporta, Xest y Picanya, como no podía ser de otra manera, le han echado en cara y de forma ruidosa la incompetencia de su Gobierno y en concreto el inexplicable retraso en el despliegue militar.
Un cero patatero es lo que ha cosechado la paisana en su ‘tourne‘ por la Zona Cero de la Dana.
Todo, en lo que desde La Moncloa del marido de Begoña se había planeado como una oportunidad para hacerse fotos y lucir palmito, ha sido crítica y descontento.
Acompañada por militares, Robles se topó de entrada con un grupo de vecinos que no dudaron en expresar su frustración y enojo ante lo que consideran una respuesta tardía y poco efectiva del Ejecutivo Frankenstein.
En Paiporta, una de las localidades más afectadas por la DANA que asoló la región hace casi un mes, los vecinos no se cortaron un pelo y reprocharon a la cara, a la ministra y a su uniformado séquito, el retraso en el despliegue de los recursos militares necesarios para hacer frente a la catástrofe.
Había tensión en el ambiente.
Uno de los momentos más electrizantes fue cuando un grupo de vecinos increpó a Robles, exigiendo respuestas sobre las demoras en la ayuda y el apoyo logístico.
Muchos consideran esos retrasos intencionales y destinados a sacar rédito político de la tragedia, haciendo que se desgastase el popular Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana.
“¿Dónde estaban cuando nos inundamos?” fue una de las frases que resonó entre los presentes, reflejando el sentimiento generalizado de desamparo.
Este tipo de reacciones no son nuevas en situaciones de crisis; sin embargo, en este caso particular, se suman a un contexto político ya cargado por las tensiones entre el Gobierno y la ciudadanía.
Contexto del desastre
La DANA que afectó a todo el Levante español y singularmente a la provincia de Valencia ha dejado una estela de destrucción acongojante.
Las lluvias torrenciales provocaron inundaciones que arrasaron viviendas, infraestructuras y cultivos.
La intervención del Gobierno y las Fuerzas Armadas era crucial para aminorar las víctimas -son más de 200 los muertos- y es esencial para la recuperación.
Sin embargo, muchos vecinos consideran que la respuesta ha sido insuficiente y lenta.
Durante su visita, Robles intento subrayar los esfuerzos realizados por la Unidad Militar de Emergencias (UME), a lo que los afectados, reiteradamente, contestaron señalaron que s llegaron demasiado tarde para muchos de ellos y en particular para los fallecidos.
La percepción general es que hubo una falta de coordinación y rapidez en las acciones del Gobierno Sánchez.
Desde la oposición y sobre todo entre la ciudadanía se han alzado voces que cuestionan no solo la eficacia del despliegue militar sino también la capacidad del Ejecutivo para gestionar crisis humanitarias.
El hecho de que Margarita Robles, como ministra de Defensa de España, sea una figura central en este contexto añade un matiz urticante a la situación.
Su papel era crucial y sin embargo comenzó quitando importancia a la tragedia, declarando que no era una ‘emergencia nacional’. Y ahora, a balón pasado, intenta colgarse medallas.
En medio de esta tensión, algunos vecinos han encontrado formas ingeniosas para expresar su descontento.
Un grupo decidió llevar pancartas con mensajes como “¡Queremos ayuda, no discursos!”, lo que provocó algunas sonrisas entre quienes presenciaron el momento