El exdiputado de Ciudadanos, Pablo Cambronero, desvela en La Segunda Dosis cómo el dinero de todos los españoles acaba en sitios y organizaciones extrañas y opacas.
“Analizando los datos, miles y miles de partidas, uno ve que hay entidades que no tienen claro a qué se dedican y otras que sí, pero no aclaran a qué destinan el dinero”.
De los destinos recurrentes a dónde se envía dinero público y no se explica para qué ni porqué, se encuentra la República Dominicana, un país muy asociado con tramas de corrupción y limpieza de capitales. Cambronero detalla que todos los ministerios han recibido algo de dinero en los últimos cuatro años y resalta que no son contadas las ayudas a ONG.
“En República Dominicana las ayudas son cuantiosas, hay más de 30 subvenciones directas que tiene un régimen jurídico curioso, se llaman ayudas dinerarias sin contraprestación. Y por lo tanto, sin control. Por ejemplo, la Policía Nacional de ese país recibe 250 mil euros en 2020 y no sabemos para qué. La Procuraduría General, dedicada a lo que son seguridad y justicia, recibe un millón de euros en cuatro años, y tampoco sabemos para qué se dedican. Y luego, el Concejo del Poder Judicial dominicano que también recibe otra contraprestación de más de 250 mil euros”.
El exdiputado destaca que los datos son tan chocantes que lo que sucede con la AECID ha superado sus expectativas: “Pensaba que me iba a encontrar con la cueva de Ali Babá pero me ha sorprendido para mayor, se pagan muchos favores políticos con una agencia que debería dedicarse a la ayuda humanitaria”.
Cambronero concluye que este dinero no se está dedicando a lo que se debería, por lo que llama a las cámaras a controlar estos gastos. También incide en que los datos son públicos y oficiales, por lo que están al alcance de todos.
“¿Qué estamos subvencionando con la Agencia Española de Cooperación al Desarrollo? Al analizar los datos, uno se queda paralizado porque estos recursos deben ser para labores humanitarias y no se controla. Pasa en cientos de países, de instituciones. Los datos dan para parar un tren y miles de hilos en tuiter”.