PEDRO SÁNCHEZ SE QUEDA SIN UN POSIBLE ALIADO EN LOS COMICIOS TERRITORIALES

Yolanda Díaz no para de ‘Sumar’ tropiezos: su plataforma no concurrirá a las elecciones autonómicas y municipales de 2023

La vicepresidenta segunda anunciará en los albores de 2023 si se presenta o no a las generales

Yolanda Díaz.
Yolanda Díaz.

Más que sumar, resta.

A Yolanda Díaz se le está complicando el parto político.

Dar a luz Sumar como formación que concurra a los procesos electorales empieza a ser una cuestión más que peliaguada.

De momento, a pesar de que quedan diez meses para los comiciones autonómicos y municipales, la vicepresidenta segunda del Gobierno socialcomunista ya avanza que no concurrirá a esa cita con las urnas.

Es más, dice que se da un plazo de unos seis meses, a principios de 2023, para ver si realmente es factible que esa plataforma se transforme en una fuerza política al uso y, por tanto, pueda armarse convenientemente de cara a las elecciones generales de finales de 2023 o inicios de 2024.

Una de las primeras ‘víctimas’ de la decisión de Díaz de no atreverse a presentarse a los comicios territoriales es Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno contaba con la posibilidad de que Sumar arañara diputados autonómicos y ediles con los que poder mantener determinados Gobiernos regionales y municipios de cierta relevancia.

Sin embargo, el mejunje político de la también ministra de Empleo le queda aún tiempo por delante para madurar y tampoco es desdeñable que a Díaz le entrasen los siete males después de ver como en Andalucía su apoyo a Teresa Rodríguez no animó, precisamente, al electorado a depositar su voto por ese partido.

LAS DUDAS DE LA LÍDER DE SUMAR TIENEN NOMBRES Y APELLIDOS

Otro aspecto a tener en consideración es el de las malas compañías de las que se rodeó Yolanda Díaz meses antes de presentar por todo lo alto su proyecto político.

‘Otras políticas’, el acto que en noviembre de 2021 le sirvió a la aún podemita para empezar a desmarcarse del partido fundado por Pablo Iglesias, le ha deparado más perjuicios que beneficios.

Y es que especialmente hubo dos nombres en esa convocatoria que han ensuciado ‘Sumar’ cuando ni siquiera puede considerarse un partido político al uso.

Ada Colau y Mónica Oltra, a las que se utilizó como mascarón de proa del proyecto ‘yolandista’ se han convertido en un lastre.

La alcaldesa de Barcelona, que pertenece todavía a la marca blanca de Unidas Podemos, sigue en el ojo del huracán tras su paso por los juzgados.

Por más que niegue la mayor, lo cierto es que Colau tuvo que pasar por el juzgado para dar cuenta de las acusaciones que pesan sobre ella en cuanto a las generosas dádivas concedidas a dedo a asociaciones de su cuerda.

La primera edil debió responder ante el juez por las subvenciones no sujetas a concurso que el Ayuntamiento ha concedido en los últimos años a entidades afines a su partido, Barcelona en Comú. Entre ellas, el Observatorio DESC, para el que la propia Colau trabajó antes de dar el salto a la política.

Entre las entidades beneficiadas se encontraba la Fundación Surt, una entidad de acción social que trabaja «para hacer efectivos los derechos económicos, sociales y culturales de las mujeres y para erradicar las discriminaciones por razón de sexo, con la vista puesta en lograr una sociedad con equidad de género efectiva», según explican en su propia página web.

El denunciante de estas presuntas irregularidades, Alberto Pichel, aseguró que la presidenta de esta fundación es Fina Rubio Serrano, quien es «afín al independentismo y a la formación morada». Esta responsable presume en sus redes sociales de apoyar a los golpistas catalanes condenados por el 1-O. Colau otorgó a dedo a esta fundación 84.742 euros de las arcas públicas.

LA DE COMPROMÍS, FUMIGADA DE LA GENERALITAT

Otra que tampoco es, precisamente, la mejor promoción para una formación política es Mónica Oltra.

Y es que a la ya exvicepresidenta de la Generalitat Valenciana le salpican de lleno el escándalo de las menores tuteladas que fueron abusadas sexualmente. Una de ellas, sin ir más lejos, acusó a la propia expareja de la líder de Compromís de cometer con ella acciones deshonestas.

Sin embargo, la política populista intentó negar la mayor pese a las evidencias cada vez más palpables. De hecho, siempre que tuvo ocasión, trató de tapar y hasta ocultar con mil añagazas la identidad del autor de los hechos que están siendo sustanciados en los tribunales.
Aun así, a Oltra no le sirvió de nada la panoplia de fuegos artificiales y representar la pamema de hacerse la perseguida por la Justicia y los partidos de la oposición.
A finales de junio de 2022, después de marcarse unos bailecitos en un ‘happening’ montado para su mayor gloria, tuvo que dimitir del cargo antes de que el propio Ximo Puig, presidente de la Generalitat Valenciana, procediera a su fumigación institucional.

 

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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