El Gobierno de Estados Unidos deja claro que no tiene ningún interés en conversar con Pedro Sánchez.
La Administración de Joe Biden había dejado claro su desprecio al Gobierno PSOE-Podemos al dejarles fuera de su agenda por la gira internacional del presidente norteamericano. Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Exteriores hizo malabares para forzar una reunión que terminó siendo más humillante que la propia ausencia de un encuentro.
Durante la celebración de la cumbre de la OTAN, en Bruselas, se puede ver cómo Pedro Sánchez persigue al líder norteamericano por la entrada del plenario donde se celebra la reunión de jefes de Estado y de Gobierno.
Visiblemente incómodo, Biden escucha al líder del PSOE pero con una distancia que deja claro su poco interés por lo que tiene que comentarle el presidente español.
En las imágenes se ve cómo el español lleva el peso de la conversación (que ha durado apenas unos 29 segundos) mientras Biden apenas le mira. Tras ella, ambos han tomado caminos separados para dirigirse a sus asientos, sin despedirse.
Desde La Moncloa se ha explicado que Sánchez y Biden “han mantenido una breve conversación tras la foto de familia”, cuando todo apunta más bien a que fue un aburrido monólogo del socialista que el presidente de EEUU tuvo que soportar por menos de un minuto.
Sin embargo, en Moncloa han intentado disfrazar de éxito lo que fue una escena que genera vergüenza ajena.
“Ambos querían saludarse, conocerse personalmente y establecer un primer contacto. Así lo habían pactado sus respectivos equipos”, se asegura en fuentes gubernamentales. Añaden que “entre otras cosas, se había acordado que su saludo fuera captado por las cámaras como prueba de la excelente relación que existe entre ambos países”.
Biden se aleja de Sánchez
El patético paseo del que presume el PSOE solo demuestra, una vez más, la distancia que ha marcado EEUU con respecto al Gobierno PSOE-Podemos.
Es importante recordar que, antes del forzado encuentro en Bruselas, Sánchez no había hablado siquiera por teléfono con Biden, que llegó a la Casa Blanca el pasado 20 de enero.
En este sentido, no hubo ni un primer contacto después de su victoria frente a Donald Trump en las elecciones del pasado 3 de noviembre.
En una respuesta parlamentaria en el Senado, el ministerio de Arancha González Laya afirma que el primer encuentro entre ambos se producirá cuando sus respectivas agendas “lo hagan posible”.
En concreto, en su pregunta fechada el 29 de abril, los ‘populares’ piden al departamento que dirige Arancha González Laya que aclare si “es posible prever la celebración en los próximos meses de un encuentro entre el presidente Biden y el presidente del Gobierno”.
Sánchez “celebrará un encuentro con su homólogo estadounidense cuando sus respectivas agendas lo hagan posible, lo que sin duda se verá facilitado con las previsibles mejoras de la movilidad”, sostiene Exteriores en su respuesta, fechada el jueves pasado, tras recordar que el presidente fue uno de los 40 líderes internacionales a los que el inquilino de la Casa Blanca invitó a la Cumbre sobre el Cambio Climático del 22 de abril.
Finalmente, el ‘encuentro’ se celebró con una duración inferior a un minuto y con una gran demostración del desprecio de Biden al presidente español.
¿Los motivos del desprecio?
Existen varios aspectos por los que Estados Unidos da un paso atrás en su relación con el Gobierno de España. Uno de los más potentes son los nexos que vinculan al PSOE-Podemos con uno de sus principales enemigos: el régimen de Nicolás Maduro.
Es importante recordar que, durante la legislatura de Sánchez, han ocurrido episodios que han generado un gran malestar en la Casa Blanca, como ha sido la fuga del narcogeneral del chavismo, Hugo ‘El Pollo’ Carvajal a tan solo días de su extradición a Estados Unidos y, presuntamente, con el apoyo del CNI donde estaba Pablo Iglesias.
No en vano, la Embajada de Estados Unidos en Madrid ha ofrecido una recompensa de 10 millones de dólares por cualquier información que ayude a la captura de ‘El Pollo’ Carvajal, pasando por encima de las autoridades españolas.
A los episodios incómodos para Estados Unidos se suma la polémica reunión entre José Luis Ábalos, ministro de Transportes, con la ‘número dos’ del régimen chavista en el Aeropuerto de Barajas en el bautizado ‘Delcygate’. Así como la ‘fuga’ de Pablo Iglesias en Bolivia para reunirse con el ministro de Asuntos Exteriores de Nicolás Maduro, Jorge Arreaza.
Todo esto sumado al apoyo de sus socios de Podemos a la dictadura de Nicolás Maduro (apoyando al nuevo embajador y cónsul chavista en Madrid con un encuentro dentro del Congreso de los Diputados) y a las FARC, grupo terrorista que afecta a uno de sus aliados más importantes en América Latina, Colombia.
Finalmente, sin olvidar la influencia de José Luis Rodríguez Zapatero en América Latina, quien se ha convertido en uno de los principales defensores de las dictaduras de izquierda con el apoyo legal del exjuez español, Baltasar Garzón, quien (entre otros) defiende al testaferro de Nicolás Maduro detenido en Cabo Verde y a la espera de su extradición a Estados Unidos.