Jordi Ferré

La hostelería y el ocio nocturno: en manos de ignorantes

Estas personas confunden la velocidad con el tocino

La hostelería y el ocio nocturno: en manos de ignorantes

A mí me da igual lo que les pase, ya han chupado del bote durante muchos años”; “Que no se quejen y se reinventen”; “Si se quejan es porque ya no podrán ir con yates, que se aguanten y ojalá les vaya mal”…

Y así podemos escuchar un sinfín de tópicos banales de contenido vacío hacia la hostelería, el ocio nocturno, el turismo y todo el sector servicios en general durante el tiempo que está durando la pandemia, todo afectando a los negocios, los empleos y la economía.

Estos ejemplos son expresiones de la falta de sensibilidad, solidaridad y desconocimiento hacia lo mal que lo están pasando las personas que viven de este sector. Se piensan que así defenderán mejor los derechos de los trabajadores, cuando es al revés: Sin empresas, no hay ni puestos de trabajo ni derechos laborales para defender, solo queda el paro, el hambre, la miseria, la nada.

Estas personas se piensan que los que tienen un negocio en este sector son empresarios con sobrepeso, con barrigas obscenas, vestidos de marca, con un binóculo para mirarte por encima del hombro, de guantes blancos con sombrero de copa alta y fumando un puro, que tienen el dinero “por castigo”, siendo unos explotadores que solo saben hacer “trapicheos”, entre otras etiquetas de los clásicos tópicos que no nos permiten avanzar como sociedad. Muchos de ellos no están forrados como piensan, al revés: Pagan sus facturas, a sus empleados, y lo que les sobra es para vivir y poco más (sin olvidar los autónomos, que están en una situación similar o peor).

Estas personas confunden la velocidad con el tocino. Confunden al empresario con el negrero de turno. Como todo en la vida, la ley prohíbe acciones viles como robos, estafas, etc., pero por desgracia se cometen a diario tales acciones, pero no ponemos a todos en el mismo saco si lo comete, por ejemplo, una persona de determinada edad.

Otra injusticia seria decir que todos los jóvenes son unos borrachos, que aspiran a ver quien se emborracha más hasta ver quien llega al coma etílico, cuando no es verdad. Como también es injusto poner a los trabajadores la etiqueta de quererse escaquear de sus puestos de trabajo o de buscar la baja para cobrar sin hacer nada, siendo falsa e injusta semejante afirmación. Por tanto, que se aplique la ley ante las injusticias, sin generalizar ni estigmatizar a nadie.

Ignorantes no lo digo en clave despectivo, sino pido seriedad.  Sin empresas no hay puestos de trabajo, lo que supone paro, pobreza y el siguiente efecto dominó: No se recaudarían impuestos, sin impuestos no habría servicios básicos para mantener (pensiones, sanidad, educación, justicia, etc.), la economía se hundiría y eso derivaría en el caos de una república bananera. Un empresario asume sus riesgos, sí, pero la pandemia no está dentro de estos riesgos, ya que les siguen cobrando los impuestos a pesar de tener cero o nulos ingresos. Así es imposible que creen o mantengan puestos de trabajo y que funcione bien la economía.

Piénsenlo bien antes de criticar este tema. Ahora es momento de ir todos a una. De estar los empresarios y los trabajadores unidos a favor de la hostelería, el ocio nocturno, el turismo y todo el sector servicios en general para mantener nuestra forma de ganarse el pan y tener una vida digna, ya que todos estamos conectados económicamente.

JORDI FERRÉ REY

Reus

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