India, el segundo país más poblado del mundo, continua enfrentando la crisis sanitaria por la pandemia. Se han registrado récords de contagios en los últimos días y se han extendido las restricciones.
Actualmente, esta nación registra 217.000 casos de coronavirus, 6.075 fallecimientos y 104.242 recuperados. Mientras que, a nivel mundial los contagiados ascienden a más de 6 millones con 360.000 muertes.
El bloqueo total del país para evitar que el coronavirus se siga expandiendo, se está convirtiendo en una crisis humanitaria.
Es un estado con fronteras porosas, un gran número de trabajadores migrantes y una economía dependiente de las remesas de una enorme población expatriada -particularmente en los países del Golfo Persa- que continuamente está entrando y saliendo del país.
La India también ha vivido momentos de gran tensión, incluso cuando recientemente un grupo de monos atacó a un funcionario médico y le arrebató muestras de sangre de pacientes que dieron positivo para el coronavirus SARS-CoV-2.
No todas son noticias negativas, aunque todo parecía indicar que la suerte no estaría a su favor frente a la inminente pandemia y cuatro meses después, sin embargo, cuando la infección va en aumento en todo India, en el estado de Kerala, en el suroeste de India, ha logrado aplanar la curva de la propagación de coronavirus registrando apenas 524 casos confirmados y sólo cuatro muertes, según el Ministerio de Salud de Kerala.
¿Cómo viven el confinamiento en el segundo país más poblado del mundo?
India, tiene también una población significativa de estudiantes provenientes de diferentes partes del mundo y, antes de la pandemia recibía a más de un millón de turistas extranjeros al año.
Para conocer de primera mano la situación de este país y cómo viven sus ciudadanos las restricciones impuestas para evitar los contagios por coronavirus, conversamos con Debora Santonocito, quien trabaja como profesora de arte dramático y teatro en una escuela internacional en Chennai al sur de la India.
Ha dicho a Periodista Digital lo difícil que ha sido pasar la cuarentena en este país que se enfrenta a una densa población, temperaturas extremas y muchos otros casos particulares que lo hace muy diferente a otros países.
Ella es de origen italiano y vive desde hace cuatro años en este país. Indica que «la India es muy caótica y encontrar algo de silencio es siempre muy difícil».
Sin embargo, por las razones excepcionales a causa del coronavirus, las calles se mantienen como nunca antes. Aunque es evidente que por la cantidad de personas que viven en esta nación y a la pobreza extrema que enfrenta un número significativo de su población, ha sido una ardua labor de las autoridades asegurar completamente el cumplimiento de las medidas de restricción.
Debido a la profesión de Santonocito, ha tenido que reinventarse, como la mayoría de los artistas y trabajadores del mundo que ahora tienen que refugiarse en el ‘teletrabajo’. Habló de las estrategias que ha tenido que aplicar en sus clases ‘on line’.
«Al principio no parecía mala idea permanecer en casa, pero después de dos meses, es muy aburrido y tedioso», señaló.
Señaló la importancia de la expresión corporal, la interacción y retroalimentación con el público y por ello, expresarse al frente de una pantalla no ha sido tarea fácil.
Por esta razón, ha tenido que realizar junto con sus estudiantes los ‘coronamonólogos‘, una manera de enseñar a sus alumnos cómo adaptar sus expresiones artísticas al entorno y a las situaciones de la vida.
«Esto es drama, el drama es una herramienta, es una manera de expresarte», explica.
Dice que a pesar de todo lo negativo y del sufrimiento de muchas personas, esta ha sido una oportunidad de descanso y una pausa para la vida. «tenemos la oportunidad de cambiar y hacer la diferencia, el mundo nos está enseñando ahora», dice.
«El mundo necesitaba un descanso», ha concluido Santonocito refiriéndose a las capacidades humanas de adaptarnos a las situaciones más difíciles a pesar de las adversidades buscando siempre el lado más positivo.