El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Epístola a Jesús, un epígono de Otramotro (XLVI)

EPÍSTOLA A JESÚS, UN EPÍGONO DE OTRAMOTRO (XLVI)

Dilecto Jesús, (ese que yo sé), epígono de este aprendiz de ruiseñor:

Como no creo en la existencia de la ciencia infusa, considero que, tal vez, a posteriori sí has leído “Crítica de la crítica”, la tribuna que te recomendé de Fernando Aramburu. El poema con el que comentas y/o contestas a mi soneto parece destilar o exudar la idea que acabo de apuntar. Tus versos “Nada es verdad ni mentira (o todo puede ser verdad o mentira, de resonancias ramonianas —no de Gómez de la Serna, sino de Campoamor—), / todo es fugaz como el humo (motivo clásico, virgiliano, del tempus fugit)” parecen resumir la tesis de Aramburu.

Parece que has escrito tu poema tras acudir a los Pirineos (los ciclistas aún tardarán unos días en frecuentar este año, el centenario de la célebre y prestigiosa prueba, los Alpes) a ver una etapa del Tour y degustar en dicho entorno un refrigerio, que has saboreado tanto como mi soneto. Si he dado de lleno en la diana, bien; si he marrado, al menos, he intentado acertar.

El dinero mejor invertido por una sociedad es el dedicado a la educación integral de su ciudadanía. El Estado democrático debe educar a sus ciudadanos para que sean autosuficientes y críticos (que tengan criterio en este, ese o aquel asunto). Ya sabes qué recomendaba Juan de Mairena a sus discípulos críticos: no seáis tolerantes con lo ruin ni os mostréis conformes con lo inepto. Ergo, intentaremos hacer lo correcto; aspiraremos a darle a esa tarea concreta oportuno cumplimiento.

Cuando critico (digo o escribo lo que me parece bueno y malo de la obra de un autor y lo argumento), me suele pasar tres cuartos de lo mismo que me ocurre cuando amo, que me acontece lo que escribió en su carmen (poema) 85 el poeta latino Catulo: “Odi et amo. Quare id faciam, fortasse requiris. Nescio, sed fieri sentio et excrucior” (“Odio y amo. Quizás te preguntes por qué hago esto. No lo sé, pero siento que así ocurre y me torturo”).

Ya has dado tus argumentos al respecto. Está claro que a ti te sirven las susodichas razones aducidas. Pero a mí no me sirven las tales, porque no me persuaden. Pero ya sabes qué sostenía el sábado Fernando Aramburu en el artículo comentado en esta misma bitácora.

Para ti el vocablo “ene” (que te suena o recuerda a otro, “eme”, mierda) de mi soneto es un término que yo he usado sin la propiedad debida. Pues yo sostengo lo opuesto, que no solo lo he utilizado con la propiedad debida, sino con la corrección más absoluta e inconcusa. Pero, como no soy un fanático (te consta lo que adujo Sir Francis Bacon: “quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar es un idiota; quien no osa pensar es un cobarde”), acepto, de buena gana o grado, que haya lectores (como tú) que discrepen de mis razonamientos. Espero que lo propio te ocurra a ti.

Que sean diez, cien, mil o hasta cien millones las/os que sostengan parecido criterio al tuyo, si estáis en el error, no vence ni deja en tablas la partida que juegas/jugáis con una/o, si esa/e una/o aduce la verdad. Las mayorías están bien en democracia, pero no lo están ni en ciencia, ni en arte, ni…

No obstante lo expresado en el párrafo anterior, estoy dispuesto a mudar de criterio (porque soy amigo de Platón, pero más lo soy de la verdad), siempre que se me persuada con irrefutables e irrebatibles razones de peso, que contradigan las vertidas por mí.

Que discrepe o disienta de ti no me impide que siga saludándote, apreciándote y abrazándote, como de costumbre.

Te anima a que sigas escribiendo prosas o versos, digan lo que digan los demás (incluye entre los tales al menda) al respecto,

Ángel Sáez García
[email protected]

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

Lo más leído