A TI, MI ESPOSA, ISABEL
Me comprometo, Isabel,
A esculpir una “isabela”
A diario, o una espinela,
Porque Vicente Espinel
Fue prístino en el cincel.
Isabel, musa ordinaria,
Una décima diaria
Y ene esfuerzos más mereces.
Me los devuelves con creces.
Eres extraordinaria.
Ángel Sáez García
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