El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

¿Una procaz y una salaz? ¡García!

¿UNA PROCAZ Y UNA SALAZ? ¡GARCÍA!

“Chéjov tenía como gran vicio sanar gratis a los enfermos de Yalta. Su monstruosidad consistió en la misma de Tolstói, padre, artista, profeta, marido (bastante malo), que escondía entre sus botas y ropas tres diarios de vida simultáneos. Lo que lo hace un genio y monstruo son esos tres diarios de vida en que cuenta lo que nadie más se atreve a contar. El artista es un monstruo solo por eso, porque no renuncia a contarnos el monstruo que también somos nosotros”.

Rafael Gumucio

Ayer soñé que estábamos en clase de lengua castellana y literatura, pero el profesor que estaba sobre la tarima y nos la impartía no era el esperado, proverbial y real, el que en Navarrete fungió de tal, Jesús Arteaga Romero, no, ni el apócrifo (pues se encargaba de enseñar otras asignaturas), que ha fingido hacerlo otras veces en el mismo terreno, entorno o ámbito onírico, Pedro María Piérola García. El aula donde nos hallábamos no era tampoco la acostumbrada, la del habitual colegio concertado, diferenciado y religioso, sino la de uno público, mixto y laico.

En el texto, escogido por el profe, que acababa de leer en voz alta nuestro compañero José Manuel Arellano Insa y que nos disponíamos a comentar, habían aparecido dos palabras cuyos significados correctos ninguno de los veinte alumnos de la clase conocíamos. Así que el profesor se ha encargado de que supiéramos, a ciencia cierta, cuáles eran las rectas acepciones de “procaz” y “salaz”.

Jesús Miguel Carceller Barja ha levantado la mano, gesto necesario que habíamos pactado de consuno con el docente a comienzos de curso y que los discentes que quisiéramos tomar la palabra debíamos hacer, de manera inexcusable, para poder intervenir. Cuando el profe ignoto se ha percatado de ello, le ha hecho una mueca, dándose por enterado, y ha apuntado (supongo, su nombre y/o apellido) en la libreta de color azul oscuro casi negro que siempre le acompañaba y solía tener a mano encima de la mesa.

Cuando ha terminado de desarrollar la idea que nos estaba explicando (que, si seguíamos su doble recomendación de leer más de lo que lo hacíamos y consultábamos los vocablos desconocidos en el diccionario, de esta guisa lograríamos ampliar y enriquecer nuestro acervo lingüístico), le ha concedido el uso de la palabra a Carceller, que le ha propuesto y aun rogado que improvisara en un santiamén una pequeña anécdota o sucinto relato en el que aparecieran los dos susodichos adjetivos y, así, conseguiríamos fijar mejor, con otro ejemplo supletorio, las acepciones rectas de las (para nosotros) nuevas voces.

Si no me he olvidado de ninguno de los detalles principales, que diría (y juraría ante un tribunal) que no, el profesor ha repentizado, poco más o menos, esto:

Tras haber recorrido el pasillo correspondiente a medio vagón, nada más acceder al compartimento del tren expreso, una/o de vosotras/os o yo mismo hemos escuchado lo que la esposa le decía al marido: “A mí me gusta la tuya porque es la mía, la que me como todos los sábados”. ¿De qué asunto estaba hablando la pareja, los dos únicos viajeros que había entonces dentro del compartimento, teniendo en cuenta que la primera letra de la palabra que andamos buscando es la consonante p- y la última sílaba -lla?

Como un resorte, ha levantado su zurda la compañera que ocupaba el pupitre inmediatamente anterior al mío. Cuando el profe le ha dado vía libre para que pudiera soltar su sinhueso o mui, ha contestado con ansia “¡la polla!”. Antes de que el cachondeo se haya hecho general, debido a las sonrisas, risas y carcajadas de toda la clase, el profesor, raudo, como un rayo, le ha espetado: “Repórtese, García. O mucho me equivoco o me temo que se le ha vuelto a ir a usted otra vez la olla. Su salida de pie de banco ha sido, amén de procaz, salaz. ¡Hablaban, a mí, al menos, no me cabe la menor duda, de la paella!”.

Ángel Sáez García
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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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