El humor, esa maravillosa capacidad humana para encontrar lo divertido en las situaciones más insospechadas, ha sido objeto de estudio y fascinación desde tiempos inmemoriales.
Aristóteles, en su sabiduría, ya reflexionaba sobre la comedia en su obra Poética, distinguiendo entre el humor refinado y el humor grosero.
Pero, ¿qué es lo que hace que algo sea verdaderamente gracioso?
Quizás la clave esté en la sorpresa, en ese giro inesperado que nos hace soltar una carcajada.
O tal vez sea la identificación con situaciones cotidianas llevadas al extremo.
Sea como fuere, el humor tiene el poder de unirnos, de hacernos olvidar por un momento nuestras preocupaciones y de mostrarnos el lado absurdo de la vida.
Desde el humor verbal, con sus ingeniosos juegos de palabras, hasta el humor absurdo que desafía toda lógica, pasando por el humor negro que se atreve con los temas más escabrosos, cada tipo de comicidad tiene sus adeptos y detractores. Pero si hay un tema que parece ser universalmente gracioso, ese es el de los cuernos y las infidelidades.
EL DE LA SUEGRA
Y hablando de cuernos, ¿conocen aquel del hombre que estaba en el entierro de su suegra?
- Después de echar tierra sobre el ataúd, el yerno dice:
- «Un momento, por favor. Es la primera vez en 25 años que sé con seguridad dónde está mi suegra«.
VARIOS CLÁSICOS
- -Oye, ¿tu mujer hace bien el amor? -Hombre, ¿qué quieres que te diga? Unos dicen que bien, otros que mal…
- -Se encuentran dos amigos: -Juan, ¿tu mujer tiene coño? -Pues claro. -¡Pues deja de follarte a la mía, cabrón!
- -Ahora tengo que tener mucho cuidado para no quedarme embarazada. ¡Pero si tu marido se ha hecho la vasectomía! – Pues por eso mismo… por eso mismo.
- -El marido llega tarde a casa y salta rápidamente a la cama. Déjame tranquila, – dice su mujer – tengo dolor de cabeza. – ¡Pero bueno! ¿Qué os pasa hoy a todas?
- -Mamá, mamá… ¿El corazón tiene piernas? No hijo no, qué tonterías dices. ¿Por qué? Porque anoche papá estaba encerrado en el cuarto con la criada y decía: Abre las piernas corazón.
- -Para a un hombre en la calle y le dicen: -Oiga ¿Tiene usted fotos de su mujer desnuda? -Pues no -¿Le interesa comprar estas?
