Llegó el día esperado y contra todo pronóstico no se repitió el empate salvaje de 2020 sino que la partida quedó más decidida en muchas plazas.
Donald Trump se comportó mucho mejor de lo esperado en las urnas y barrió en varios de los estados clave a la socialista Kamala Harris.
En Estados Unidos parece que habrá cambio de signo en la Casa Blanca si en los próximos días y horas se confirman los resultados que en la primera hora del día 6 de noviembre en España ya arrojan distintos estados destacados:
Trump gana en Georgia y Carolina del Norte y otros 23 territorios, Kamala obtiene 17 plazas, como Nueva York, California o Illinois. Ya saben que la victoria será para el que alcance 270 delegados sobre un total de 538.
En ‘La Retaguardia’ especial elecciones en EE.UU. de este miércoles, 6 de noviembre, debatimos en un programa especial junto a Daniel Lacalle, William Cárdenas, John de Zulueta, Pedro Lasuén, Ricardo Gómez Díez, Chencho Arias, Marcos de Quinto y Gisela Turazzini.
Y es que hemos vivido una larga campaña americana muy jugosa, en la que los ataques personales han protagonizado gran parte del periodo. Un periodo movido de más en el que ha habido desde cambio de candidatos (Harris sustituyendo al presidente Biden) hasta varios atentados contra la vida del líder republicano. El escenario político estadounidense se ha convertido en un verdadero drama en el que se enfrentan no solo dos personas, sino dos visiones de país completamente distintas.
Cómo se elige al presidente
En los Estados Unidos el sistema electoral es indirecto y el voto popular no decide al presidente; en su lugar, es el Colegio Electoral el que decanta la balanza. Cada Estado cuenta con uno y en total, suman 538 electores. Para alcanzar la presidencia, un candidato debe sumar al menos 270 votos electorales de los Colegios.
Cada región cuenta con un peso específico y proporcional a su población, pero que no siempre se corresponde con el total de los votos emitidos. Por esta razón, tanto Harris como Trump se concentran en los famosos ‘swing states’ (Estados oscilantes) regiones cuyo peso es mayor a la hora de contar los votos y que pueden decantarse indistintamente por cualquier candidato.
En 48 de los 50 Estados se implementa el sistema ‘winner-take-all’ (el ganador se queda con todo) en el cual el ganador del voto popular se queda con todos los votos del Colegio Electoral, siendo Maine y Nebraska la excepción, asignando dos votos bajo esta modalidad y el resto de forma proporcional a la votación popular.
El sistema electoral estadounidense permite que un candidato puedan ganar la votación popular pero aún así, no ser electo. Esto ocurrió en la elección de 2016 que enfrentaba a Donald Trump a otra mujer, Hillary Clinton. El candidato republicano fue el vencedor pese a que Clinton obtuvo casi tres millones de votos más.