LA TRIBUNA DEL COLUMNISTA

‘Aplausos’ Sánchez convierte el rescate de Europa a España en la consecución de la Champions

Bieito Rubido: "Yo aplaudiré a aquel presidente que no tenga que pedir dinero a la UE porque ha gestionado bien España"

'Aplausos' Sánchez convierte el rescate de Europa a España en la consecución de la Champions
Sánchez y los ministros aplauden que España ha sido sometida a una estricta vigilancia en Europa.

Pedro Sánchez demuestra que, al igual que todos los miembros del gabinete socialcomunista, es capaz de convertir en algo positivo una pésima noticia para España.

El presidente del Gobierno protagonizó en la mañana del 21 de julio de 2020 una ‘performance’ digna de la mejor empresa de publicidad.

Su llegada a La Moncloa, después de más de cuatro días negociando en Bruselas las condiciones del rescate para nuestro país, con todo el Consejo de Ministros aplaudiendo al mandatario español hubiese sido suscrita por el mismísimo Goebbels.

Sin embargo, es momento de hacer bajar a la Tierra a Sánchez y que sepa cuál es la realidad, que Europa no ha dado un dinero a España de libre disposición. De los 140.000 millones de euros, la mitad prácticamente son un préstamo.

El director de ABC, Bieito Rubido, tiene claro que la escena de los aplausos no solo fue impostada, sino innecesaria y además inmerecida. ¿Qué hubiera pasado entonces si Sánchez llega a lograr que el dinero dado por Bruselas no hubiese sido un préstamo?

Ahora se celebra un acuerdo a través del cual la UE nos va a transferir en varios plazos casi 140.000 millones de euros. Nadie explica la letra pequeña. En ella se fijan controles sobre nuestro presupuesto, obligación de nuevas reformas y mantenimiento de la laboral, tan vilipendiada. Vamos, que Pablo Iglesias y Bildu se la comerán con patatas. Por eso los aplausos de los ministros a Sánchez suenan a esas risas nada espontáneas de las comedias televisivas americanas. Yo aplaudiré a aquel presidente que no tenga que pedir dinero a la UE porque ha gestionado bien España.

Luis Ventoso apunta que por muchos aplausos que se den al presidente del Gobierno, la verdad de los hechos es que Europa ha puesto muchos y duros deberes a España:

Cuatro días de negociaciones insomnes. Noventa horas de discusión, solo superadas por las de Niza de hace veinte años, de 25 minutos más. Fue como un revival laico de las batallas entre católicos sureños y protestantes del Norte. España, Portugal e Italia, con sus economías arrasadas por el virus, ayudadas por Francia, también muy tocada, exigían subvenciones directas de no menos de 400.000 millones. Los cuatro paladines del rigor contable –Holanda, Suecia, Austria y Dinamarca– se negaban a que esa partida superase los 375.000 millones. Al final, como siempre, la solución intermedia: las ayudas directas de emergencia serán de 390.000 millones, de las que solo España se lleva 72.700 (lo cual no es ningún honor, como vende el Gobierno entre aplausos cursis al líder providencial, sino que da idea del gravísimo boquete de nuestro país).

Ignacio Camacho asegura que la buena noticia es que España reciba tal cantidad de dinero, pero la mala es que sea gestionada por este Gobierno socialcomunista que encima intenta vender el préstamo o el rescata como si fuese la Champions League:

Merkel venía dando ciertas señales de reconversión keynesiana, y ha provocado un salto histórico en la estrategia comunitaria: vía libre al endeudamiento masivo y mancomunado, con el Banco Central como prestamista –no estatutario– de última instancia. Ése es el acontecimiento central del acuerdo del martes de madrugada. El resto son detalles, forcejeo y propaganda, tarea ésta última en la que siempre destaca un Sánchez capaz de hacerse un vídeo aclamado por sus ministros como si se tratara de un «pasillo» de honor al campeón de una Champions recién conquistada.

No es una mala noticia que España vaya a recibir una cantidad considerable de dinero, la mitad a fondo perdido y la otra a crédito tan dilatado que lo acabarán de pagar nuestros herederos. Sí lo es, o puede serlo, que ese caudal sobrevenido lo vaya a administrar un Gobierno caracterizado por el clientelismo sectario, la hipertrofia burocrática y el dispendio.

Santiago González, en El Mundo, aplaude la decisión de Europa de controlar en qué va a emplear España el dinero del rescate:

Después de la Cumbre europea, el doctor Sánchez entró en La Moncloa entre los aplausos de los suyos. Él también se gustaba y por eso mismo se aplaudió. Si a lo largo de las 17 ediciones de Aló, presidente no paró de jalearse como el mejor gestor de la pandemia, cómo no iba a gustarse después de la cumbre europea. El acuerdo me parece excelente y a Sánchez ha debido de parecerle óptimo, como cualquier otro desenlace. A mí me parece un buen acuerdo para España, no tanto por el dinero que nos dan como por las condiciones que nos ponen.

 

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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