El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Epístola a Jesús, un epígono de Otramotro (XXXIV)

EPÍSTOLA A JESÚS, UN EPÍGONO DE OTRAMOTRO (XXXIV)

Dilecto Jesús (ese que yo sé), epígono de este aprendiz de ruiseñor:

¡Muchas felicidades! Has conseguido trenzar un poema, además de divertido, explicativo. Si colijo lo correcto, o sea, no marro con estrépito, has estado alerta (y alerto), atento, receptivo a tu musa; hoy zumbona, sin hesitación.

Me consta que, a lo largo de la historia de la humanidad, han sido muchos los maestros que han aprendido a ser mejores docentes a partir de algunas lecciones magistrales que entresacaron o recibieron de sus propios alumnos, discentes o discípulos.

Como de todo hay en la viña del Señor,… La pregunta no es tan impertinente como en un principio puede parecer, a simple vista.

Lo recuerdo con fidelidad. Ciertamente, el cambio está a la orden del día, o sea, en boga, de moda, ignoremos o sepamos lo que adujo al respecto Heráclito, “el Oscuro de Éfeso”, hace más de dos milenios y medio: “Nada es permanente, a excepción del cambio”.

Quien sostiene la tesis de que la verdad es provisional; de que dura mientras no es refutada por otra, que viene a ocupar su sitio, es el filósofo austro-británico Karl Raimund Popper. Para él, el conocimiento científico no avanza confirmando o ratificando nuevas leyes, sino descartando las que echa por tierra la experiencia. Algo parecido mantenía Albert Einstein: “La teoría es asesinada, tarde o temprano, por la experiencia”.

Todo hombre (hembra o varón) inteligente evoluciona (el verbo “evolucionar” lleva implícita la acepción de cambio, el significado de muda). Es un ser proteico.

He mediado para que puedas hacer y dejar tu comentario donde pretendías, en mi bitácora, siendo más preciso, en mi entrada hodierna. Ya sabes; la travesura hay que achacársela a un duende (dueño de) de la casa, que no soy yo, por supuesto.

La mitad del dúo (aunque en sus inicios fue trío) humorístico Martes y Trece, en ese comentario en concreto, se parece a Julius, “Groucho”, Marx. Dice una verdad como un puño con notoria causticidad.

Vi y escuché ayer, en “El hormiguero”, programa de Antena 3, la entrevista que le hizo Pablo Motos a Alfonso Guerra. Y he leído hoy en el diario El Mundo información complementaria sobre la tercera parte de sus memorias, que ha titulado “Una página difícil de arrancar”. Ha enviado unos cuantos torpedos. Quizá el peor de los mismos haya sido el que le mandó a un atrevido lenguaraz o presunto topo, Javier Solana, quien, contraviniendo el espíritu y la letra de la ley, se fue de la mui con Jesús de Polanco tras algún Consejo de Ministros.

Sin duda, la pluma de Guerra (que con la tercera entrega de sus memorias ha venido a dar guerra —para Heráclito, “el Oscuro de Éfeso”, “la guerra es el origen de todo”—, pero mucha) es tan acerada como su sinhueso.

De la discrepancia o disensión de ideas puede salir una nueva idea o verdad que sirva a todos los discrepantes. De quienes abundan en idénticas opiniones o comparten los mismos pareceres, difícilmente.

Mark Twain sostuvo que “un hombre con una idea nueva es un loco hasta que la idea triunfa”. “Las ideas son como las pulgas, saltan de unos a otros, pero no pican a todos” adujo George Bernard Shaw.

Aplícate con perseverancia al acrónimo DES (dedicación, esfuerzo y sacrificio) y todo te saldrá a pedir de boca, redondo.

Te desea justicia y suerte (la buena no estorba) quien te saluda, aprecia y abraza,

Ángel Sáez García
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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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