FRENTE A LA ANGUSTIA, QUE DEJABA MUSTIA
EL ALMA, TAL VEZ ESA ORGÍA URGÍA
En la página 4 del suplemento IDEAS del prestigioso diario EL PAÍS, del pasado domingo 13 de noviembre de 2022, el filósofo esloveno Slavoj Zizek (por la mera razón de abrigar el propósito de ser veraz y exacto, lamento no saber cómo colocar a las zetas de su apellido las pertinentes vírgulas quebradas) firma la tribuna titulada “Haz el amor en medio de la guerra” (quien eligió el rótulo, un endecasílabo perfecto, con acento en sexta, como mandan los cánones, merece mi ¡hurra! u ¡olé!; ergo, escoja o, si así lo prefiere, quédese con ambos elogios). El segundo de los párrafos de la susodicha colaboración periodística comienza así: “A quienes participen en la ‘orgía de Shchekavitsia: oficial’, a las afueras de Kiev, se les pedirá que ‘se hagan marcas en las manos para expresar sus preferencias sexuales. Las personas interesadas en tener sexo anal deben pintarse tres marcas; quienes estén interesados en el sexo oral, cuatro marcas’”.
No sé a ti, atento y desocupado lector, bien seas o te sientas ella, bien seas o te sientas él, de estos renglones torcidos, pero a mí, al menos, en este caso concreto, específico, me surgen varias dudas, porque no es lo mismo dar que recibir (creo que los varones homosexuales hablan de sujeto activo y/o pasivo); y no se distingue si las cuatro marcas (¿con qué deben hacerse y dónde, en el dorso o en la palma?, porque aquí, en la segunda opción, como te suden las manos, pueden borrarse una, dos o todas las señaladas y, de resultas de ello, armarse un lío de padre y muy señor mío) incluyen, o no, las tres, ni el sexo del dador o del recibidor, como hace este menda habitualmente y, por supuesto, aquí también.
La atenta y comprensiva lectura del artículo entero de Zizek ha ejercido el papel de acicate, aliciente e impar estímulo creativo y ha propiciado que escribiera los 15 versos octosílabos que componen el siguiente poema, que he rotulado así:
¡A QUE A ALGUNA/O EL HECHO ESPANTA!
Un filósofo adelanta
En EL PAÍS una fiesta
En Shchekavitsia, sin siesta,
Donde, si tu cuerpo aguanta,
Podrás fornicar a manta.
Si se cumple lo pactado
Y nadie se ve obligado
A hacer lo que no desea,
A esa orgiástica odisea
¿Aún no te has apuntado?
Como en toda mi existencia
Jamás acerté en la diana
De una fémina ucraniana,
Mi dardo tiene apetencia
De ese lance con urgencia.
Ángel Sáez García
