El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

¿Eres itinerante o sedentario?

¿ERES ITINERANTE O SEDENTARIO?

Supongo, atento y desocupado lector, ya seas o te sientas ella, ya seas o te sientas él, que a ti te pasará (y pesará, pisará, posará, o no) tres cuartos de lo propio que me viene pasando (y pesando, pisando, posando, o no) a mí, que, como dependo de las circunstancias que me rodean, que son las que son, las que mandan (qué razón tuvo José Ortega y Gasset cuando logró formular la sentencia de lo obvio, su frase más proverbial, la que proclama, propaga y propala esto, que “yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo”, una verdad inobjetable, incontrovertible, apodíctica, de un tamaño inaudito, insólito), según sean las tales, seré yo. Si ellas permiten y/o propician que pueda viajar (como he comprobado que viajar me agrada, lo hago), viajo, aunque sea viejo (más viejo o usado que unos, pero menos que otros); si favorecen mi habitual sedentarismo, pues me olvido de mi condición ambulante y de tener que acarrear mi equipaje.

Cuando uno ha constatado que viajar es circunstancia benéfica para la salud física y mental (la locución latina “mens sana in corpore sano”, de Décimo Junio Juvenal, encaja, se ajusta o viene aquí como alianza en el dedo anular) de cualquier sujeto en cuestión, cuesta Dios y ayuda renunciar a esa fuente que mana tanta miel como bien. Conozco a uno que sueña con repetir, uno tras otro, todos los sucesos que vivió y gozó otrora y le produjeron una dicha impar o sin par, especial, y un placer a raudales. Por si dicho sueño no deviene más veces realidad, osa describirlos (y llega al extremo de reparar en sus detalles más menudos) para que le sirvan de estupendo sucedáneo, suplente o sustituto, ante la falta del auténtico titular.

Dado que existen muchos medios y modos de viajar, no perdamos el tiempo, oro puro, debatiendo sobre si uno es mejor que otro/s, dedicándolo a mantener discusiones bizantinas, sin aparente provecho. Uno mismo ha podido viajar de diversas maneras y, al fin, habrá concluido lo que acaso le sirva a él y a nadie más. No sé quién dijo que el mejor viaje es el previo al tal, el que culmina o corona el dedo índice del sedentario (con ganas de devenir pronto itinerante) sobre un mapa, días antes de ponerse a hacer la maleta o coger la mochila.

Es el vigésimo segundo año consecutivo (si exceptuamos los pandémicos) que decido pasar mis vacaciones estivales en la mayor de las islas canarias, donde se yergue imponente y majestuoso el Teide, Tenerife. El año pasado sentí cierto alivio y liberación al no darme de bruces con quien tanta miel les deparó a mis ojos antaño. Este año confío, deseo y espero que suceda lo mismo, que su esbelta figura y su presencia, tan deseada como jadeante (dado que el Diccionario de la lengua española, DLE, no ha dado entrada aún a los vocablos deseante y jaleante), no vuelva a seducirme, porque sé lo que me aguarda después, desazón y congoja, antesala y vestíbulo del mismo infierno.

Me conformaré con leer, pasear, eliminar las toxinas acumuladas durante el largo encadenado de la triple estación (otoño, invierno y primavera), y recargar allí las pilas, con la inestimable ayuda de la sabia brisa marina, para poder seguir con mis arraigados o inveterados hábitos (¿acaso el ser humano dejó alguna vez de ser un animal de costumbres?) de escribir y publicar un texto nuevo, al menos, a diario en mi bitácora de Periodista Digital, el blog de Otramotro.

“Déjate de bagatelas o tonterías sin cuento, Ángel; sé honesto y no te engañes. ¡Cuánto darías por volver a acariciar con tus anhelantes labios los cotizados carrillos de Iris!, y no te digo nada qué premio sería o supondría para ti volver a abrazar a tu diosa y musa”, me suelta con franqueza el pequeño demoñuelo que no veo, pero sé que se halla detrás de mi hombro izquierdo, que funge de asiduo asesor, aconsejándome (¿maldades?).

   Ángel Sáez García

   [email protected]

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

Lo más leído