Pedro Sánchez cree que la pesadilla del caso de los ERE fraudulentos de Andalucía ha desaparecido de su horizonte. Su infantil concepto de la política le hace creer que tapándose hasta la cabeza acabará por ‘cansar’ al monstruo y que al final no habrá ni periodistas y, especialmente, oposición que le cuestione por el mayor caso de corrupción de la Historia de España. ¡Craso error!
Los partidos de la oposición, muy en especial el PP, está deseando que comience a andar la nueva legislatura para solicitar una comparecencia del presidente del Gobierno y que dé buena cuenta del dopaje al que acudieron durante muchas citas electorales los socialistas andaluces a cuenta del pastizal de los ERE.
Pero no solo va a tener que hacer frente Sánchez a lo que pase en las Cortes, también en la Junta de Andalucía presidida por el popular Juanma Moreno no se quiere perder la ocasión de sacar a la luz toda la porquería dejada por el PSOE durante décadas. El PP andaluz asegura que tiene más de un centenar de pruebas que validan claramente peticiones como la de la dimisión de la expresidenta Susana Díaz, la líder regional de los socialistas, a la que acusan de haberse aprovechado de este entramado de corrupción.
Lo que sí tienen claro en el PP es que a Sánchez le vino de perlas que se demorase hasta nueve días después de las elecciones del 10 de noviembre de 2019 la sentencia de los ERE, donde se condenaba a los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán, a este con pena de cárcel, amén de todo el equipo de altos cargos que también estuvieron implicados en ese caso.
Fuentes del PP aseguran a esDiario que los ERE han supuesto dos veces el trinque de casos como ‘Malaya‘ o quince si hablamos de ‘Pretoria‘. Y tampoco dudan a la hora de afirmar que si a Rajoy lo echa del Gobierno una trama de dos alcaldes, en el PSOE tendría que haber una auténtica limpia por esa malversación del dinero de los parados.
