Le preguntaron en una ocasión al genial Javier Gurruchaga si no le parecía contradictorio que se intente evitar la palabra ‘gordo’, que siempre fue algo despectiva pero últimamente se ha convertido en un ‘delito’ para los apóstoles de la corrección política, mientras ‘flaco’ se sigue usando con normalidad.
Y el iconoclasta fundador de la Orquesta Mondragón, respondió: «Vaya por delante que yo no digo obesas, sino gordas y que me llamo a mí mismo gordo, y en mi familia todos los somos, y estamos estupendos».
«Además, sigo cantando a las gordas y cuando voy a México me piden que cante esa canción varias veces porque les gusta.
«Pero bueno, es como si en determinados casos hay que usar el masculino o el femenino».
«Al final, todo eso es un divertimento. Al paso que vamos hay muchos autores a los que iremos suprimiendo poco a poco, como Gustave Flaubert, porque Madamme Bovary era una adúltera».