EL MANTRA PROGRE DE LOS TELEDIARIOS ESPAÑOLES

Pensiones: el mito de que los subsaharianos que llegan en patera o saltan la valla van a pagar las jubilaciones de los españoles

Se puede ser de izquierdas o de derechas, progre o carca, pero lo que no es de recibo -al menos en política y periodismo- es ser tonto y no hay tonto más grande que el que se engaña a si mismo.

Viene esto a cuento del esa frase, que se escucha como un mantra en los telediarios cada vez que pasan dramáticas escenas de subsaharianos saltando a lo bestia la valla de Melilla o llegando depauperados en patera a alguna playa. Y lo que aseguran, con vehemencia y emoción, los atocinados que repiten el mantra es que esos inmigrantes pagarán en el futuro las pensiones de los cada día más envejecidos españoles.

Vale. Como país, podemos abrir de nuevo las fronteras de par en par a los inmigrantes, tal como hizo Zapatero, y nos sentiremos más bondadosos y generosos cuando nos miremos por las mañanas en el espejo del cuarto de baño.

Pero esos nuevos inmigrantes, como ya ocurre con los que les precedieron, no van a pagar nuestras pensiones.

Y no las van a pagar por la muy sencilla y palmaria razón de que no van a poder producir lo suficiente como disponer de la capacidad efectiva de pagarlas.

España, en el mejor y más infrecuente de los casos, importa mileuristas de los países subdesarrollados.

Y un mileurista no puede pagar la pensión de nadie con sus cotizaciones porque ni siquiera puede pagar la suya propia.

Un mileurista es alguien que aporta a la Seguridad Social unos 136.000 euros a lo largo de toda su vida laboral y que, una vez jubilado -a los 65 años-, recibirá de ella unos 220.000 euros antes de morir pasados los 80, que es lo que predicen las estadísticas.

¿Y esa es la solución que el Gobierno social-comunista de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias tiene prevista para resolver el problema de las pensiones en España?

¿El de las pensiones de viudedad? ¿El de las de orfandad o la incapacidad permanente?

¿Tienen Sánchez e iglesias un proyecto para evitar que el fondo de reserva se agote? ¿O para que puedan cobrar en el futuro los jubilados de cualquier comunidad autónoma?

¿Importar a millones de mileuristas del mundo subdesarrollado?

LAS CUENTAS DE LA SEGURIDAD SOCIAL

Tras los superávits de los años 1999-2010 -que hicieron que el Fondo de Reserva llegara a superar ligeramente el 6% del PIB a principios de 2011-, entraron en déficit a partir de 2011 y en 2015 el déficit anual alcanzó ya el 1,5% del PIB.

– Esa evolución se ha debido esencialmente a un aumento del gasto en pensiones como proporción del PIB: mientras que los ingresos por cotizaciones se han mantenido estables en torno al 9,5% del PIB, el gasto en pensiones contributivas ha crecido en algo más de 3 puntos desde 2008 y alcanzó el 10,7% del PIB en 2015.

En ese deterioro han influido, por partes iguales, la desfavorable evolución de los tres factores:

  • 1. «Tasa de dependencia» (= número de pensionistas/población en edad de trabajar).
    Ese porcentaje depende, además de la edad de jubilación, de la evolución demográfica, relacionada, entre otros factores, con la esperanza de vida. En la actualidad, los mayores de 67 años representan el 16% de la población total; y la esperanza de vida a los 67 años es de unos 19 años. Según las proyecciones del INE, en 2060 esas cifras serán el 33% y 25 años, respectivamente. Este factor, por sí solo, producirá un significativo aumento del gasto en pensiones como proporción del PIB.
  • 2. Inversa de la «tasa de empleo», es decir el cociente entre la población en edad de trabajar y la población ocupada.
    En la actualidad tiene empleo el 56% de la población en edad de trabajar (su máximo histórico fue del 65%, en 2007, gracias al descenso de la tasa de desempleo y al aumento de la tasa de participación), lo que hace que la inversa de la tasa de empleo tome el elevado valor 1,78. Para alcanzar una tasa de empleo sostenida del 80% (cuyo inversa resultaría 1,25), la tasa de desempleo debiera mantenerse en el 7,5% y la de participación (es decir, la de población activa de personas entre 16 y 67 años), subir 5 puntos. Esa tasa de empleo del  80% se antoja optimista, entre otras cosas porque el aumento histórico en la tasa de participación fue fruto del aumento de la de las mujeres, que ha convergido ya con la de los hombres. Aun así, ese aumento de la tasa de empleo al 80% solo compensaría el 60% del aumento de gasto derivado de la evolución demográfica.
  • 3. «Tasa de sustitución» (=pensión media/salario medio) ponderada por el peso de la masa salarial en el PIB. En la actualidad, la tasa de sustitución (sin ponderar) es del 44%. Este tercer factor puede también concebirse como la proporción entre la pensión media y la productividad media de los ocupados, y mide el grado de «generosidad» del sistema de pensiones. Un aumento de la productividad media de los ocupados puede permitir que la tasa de sustitución se reduzca sin que las pensiones bajen en términos absolutos (aunque aumente la diferencia entre la pensión media y el salario medio en la economía).

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