La Hora de la Verdad

Miguel Ángel Malavia

Simón de Cirene

Simón, originario de la ciudad norteafricana de Cirene, era un hombre de mediana edad, barbado, de ojos profundos y anchas espaldas. Cuando ese día volvía del campo, se encontró, de repente, inmerso entre un gran gentío que gritaba desgarrado. Veía miradas de odio que insultaban a alguien y lágrimas de mujeres que clamaban ante la

Cristo muere en Madrid

Los portones de las Torres Kio abren el Vía Crucis de Jesús de Nazaret en el Madrid de nuestra hora. A pesar de que el ajusticiamiento ha sido anunciado en los confidenciales digitales de máxima audiencia, no hay multitud. No hay nadie. Soledad. Silencio. Apenas roto por el paso dubitativo del condenado, que arrastra su cruz a duras penas.

El universo golfo en un autobús de madrugada

Esto jamás lo experimentarán el conjunto de los mortales que van en coche hasta a comprar el pan. Por el contrario, sólo podemos degustarlo los desgraciados que ni siquiera tenemos carnet de conducir. A ellos, a nosotros, os cuento una historia que ocurre, ahora mismo, en esta golfa madrugada (aunque cuando escribo son las siete de la

La Nada, el horror que hizo a San Unamuno

Este y no otro fue el horror que, a modo de motor, movió la entera vida de San Unamuno: la sospecha de que, tras la muerte, está la Nada. Esto, que casi todos lo podemos pensar, él lo profundizó de verdad, lo acurrucó en sus entrañas; con ello aguijoneó su alma hasta destrozarla. La Nada. Morir y dejar de ser. Para siempre, por toda

La última Misa de San Unamuno

Sacerdote laico durante más de siete décadas, ejercido desde el apostolado de la duda que interpela, San Miguel de Unamuno, sin saberlo, celebra su última Misa una tarde otoñal del 36. Derrotado, recluido en su casuca de Salamanca, se limpia la simbólica sangre reseca que le ha dejado su postrera gran batalla. Millán Astray, el bárbaro,

María Valverde ajusticia al dictador

- Entonces, ¿te comprometes a dejar de sangrar a tu pueblo y liberar una economía por la que todos los ciudadanos son esclavos que abastecen el monopolio estatal a nombre, cómo no, de tus propias empresas privadas? - Sí, sí, sí… Te lo prometo, pero, por favor, déjame… Así suplica el dictador ante el castigo de la musa María Valverde.

Las musas se vengan de los corruptos

Pasado el turno del carajillo, la cocaína se enseñorea de la sala. Los tunantes están de celebración: han jodido a miles de currantes y su chequera sigue acogiendo cheques contantes y sonantes. “¡Aún falta el postre!”, grita exaltado un gordo anónimo con cara de chulo que se enciende un habanazo con un billete de cincuenta euros.

De curda con las ánimas de 2011

Esta vez estaba preparado. Como ya hiciera en 2007, en 2009 y en 2010, miraba el reloj porque sabía que hacia la medianoche alguien vendría a buscarme para participar en mi ya tradicional cena con las ánimas. En este caso, con los muertos que nos ha dejado 2011. Pero, también esta vez, hubo sorpresa. Tal vez por tratarse del Día de los

Historia de cómo un vejete y suicida torero retiró a la Muerte del oficio

Con el rostro más demacrado que de costumbre, cubierto de arrugadas desgarradas y granos malsanos, Manolín se mesa la blanca cabellera mientras se le van cayendo todos los pelos. Situado ante el estanque del Retiro, ha aprovechado para colarse en el parque mientras Madrid se encuentra ante la tele tomándose las doce uvas que marcan el

Amy Winehouse canta feliz en esta noche eterna en Haití

- ¿Así, sin más? ¡¿Pero cómo va a estar muerta Amy Winehouse?! Si ahora mismo estoy vibrando con Rehab. ¿No lo ves? ¡Pero si hasta hay un tío tocando la trompeta en una bañera mientras ella se doma el melenón! “¡No-no-no...!”. - Macho, estás fatal... Que esto es el YouTube. - El que estás fatal eres tú, cegato. Eres un

Don Juan Tenorio expía el alma de Haití

Don Juan Tenorio, aturdido en su orgullo, desconoce que las campanas doblan por él. Borracho de altanería, no sabe que el capitán le acaba de dar muerte a la puerta de su casa y que los salmos retumban por su figura cuando el alba empieza a clarear en esta noche de ánimas. Pero ha llegado el momento: o morir para siempre o alcanzar la

Concha Buika me acaba de matar

Era ésta tarde de palidez en el rostro, agotamiento mayúsculo, desesperación por comer cualquier cosa y desparramarme en la cama. Necesitaba descansar. Así que engullí las lentejas, me puse el pijama, cerré por completo todo paso de la luz a la habitación y me tumbé sobre el colchón. Pero cometí un error. Encendí la radio y puse

Un suicida en el Septenario de Moya

Perico ya no aguantaba más el ominoso peso de la vida. La corona de cuernos con que Paula había decorado sus sienes era, sencillamente, insoportable por quien en su día, en el colegio, fuera nombrado Mister 4ºA. Su orgullo había sido apaleado. Por ello, más por el deseo de que a su ex se le indigestara el empacho de nuevo amor que por

La conversión de Miguelito

Miguelito se las prometía muy felices. Eran las fiestas de su pueblo y, por primera vez en cuatro años, a causa de que libraba en el curro, podría ver los encierros de toros. Sin embargo, su voluntad se truncó a causa de una jubilosa parranda en la noche de la víspera, a la luz de la luna lunante. A las siete la mañana se recogía en

Murió

Fue deseado. Fue concebido. Durmió, pateó, comió en el seno. Nació, lloró e hizo llorar y reír. Jugó, inocentemente jugó desconociendo la vida real. Fue muy amado. Conoció joven el luto. Sin padre, tuvo madre coraje. Trabajó pronto. Apenas pudo estudiar. Se enamoró. Le “rompieron”. Tomó la decisión: sólo y nada más que

Hemingway torea esta medianoche en París

Muchos creen que moriste hace hoy cincuenta años, en otro 2 de julio, cuando te descerrajaste un tiro en la cabeza. Se equivocan. Como se confunden los que piensan que la maravillosa película de Woody Allen, Medianoche en París, es simplemente eso, el título de una aventura en la gran pantalla. No, es mucho más, es el guiño de artista

La peor pesadilla de un torero

La tarde parecía discurrir con normalidad. Al menos con la normalidad de un arte en decadencia: pitos a los toros y a los toreros. Los compañeros de terna del torero habían sido abucheados en lo que parecía una tarde más de tedio y hastío. Pero, cuando llegó su turno, el silencio cayó a plomo. “¿Será la expectación?”, pensó

¡Maldita seas, Bernarda Alba!

¡Maldita seas, Bernarda Alba! El cuerpo de tu hija pequeña, Adela, cuelga del techo. La soga ha partido su cuello, marcando el compás del resto de su cuerpo, que oscila de un lado a otro. Frente a ella, Bernarda Alba, manteniendo la rigidez, ni siquiera mueves los ojos, anclados en sus pies. Tu corazón tiene fijo el pulso. ¡Ni una lágrima!

Sangre de muerte

Sangre de muerte. Seca, dura, amasada. Sangre de ilusión que acabó con un robo del alma, con un desgarro en la esperanza. Sangre de muerte. Maloliente, podrida, agusanada. Sangre que rodea un cuerpo inerte, justo antes pleno de movimiento, suspiros y proyectos. Ya ha acabado todo. No hay nada. Ni siquiera la sangre, que en poco tiempo será

Vivir con cuentakilómetros

“Sin cambios morfológicos significativos”. Esta fue la sentencia que leyó Manuel en un frío trozo de papel, tras una semana de espera de los resultados de una biopsia. Sin entender del todo su significado –se esperaba algo así como “cáncer: positivo o negativo”–, sólo quedó más o menos tranquilo después de hacer un par

Exorcizando al miedo

Cuando deja tras de sí la puerta del médico, ahora cerrada, Manuel mira el sobre que éste le ha dado abierto. “¿Cómo puede un puto papel cambiarme la vida?”. Pero no, no le ha cambiado la vida. Se la ha quitado. Pensando en que, de pronto, su fecha de muerte tiene un plazo inminente, rompe a llorar. En silencio. Dos horas después,

Rosita y la última sonrisa de Don Pedro

El cuerpo de Don Pedro espera para ser amortajado. Ante la puerta de su habitación, en el pasillo, su único hijo, el señorito Miguel, fuma un fino habano de licor de melocotón. Nunca ha querido a su padre, pero sí, y mucho, respetado (o temido). De origen humilde, éste había aprovechado su oportunidad y acabó como el gran terrateniente

Han secuestrado al Papa

Sentado en un taburete de plástico negro, Su Santidad León XIV espera a que se abra la ventana por la que, a través de la Plaza de San Pedro, dará su mensaje a la humanidad. Como cada día de Angelus. Auque esta vez con un mensaje nuevo. Y revolucionario. Sabe que sus palabras abrirán las portadas de todos los periódicos con una fuerza

Lloro en mi tradicional cena con las ánimas

Ya es tradición. En 2007 y en 2009 tuve el inmenso honor de ser el único ser palpitante en la cena que El Cielo Azul S. L. (Sociedad Limitada-a los Muertos) organiza para los más sobresalientes entes humanos que dejan de respirar (que no de sentir) en el año pertinente. Desconozco el motivo de tal privilegio, pero no pongo reparos a la

La invisible belleza que también cubrió la Sagrada Familia

Para la historia quedará el 7 de noviembre en que Barcelona, derrochando lo mejor de sí misma en una ofrenda a Dios que abarca ya un camino de tres siglos, vio consagrada como casa de Dios su expiatorio templo de la Sagrada Familia. Un hombre vestido de blanco, caracterizado por la timidez de su sonrisa, habló de belleza con mayúsculas.

¡Que se lleva a Miguel Hernández!

“¡Que se lleva a Miguel Hernández! ¡Que se lo lleva, que se lo lleva!”. Este grito gutural, desgarrado, sale del pueblo. ¿Qué pueblo? Pues, evidentemente, el que representa una mujer encanecida, derrotada, sufriente, a la que le han matado los unos a su padre, y los otros a su hombre y a sus dos hijos. Con el rostro desfigurado por

Fiesta de muerte en la corte de Enrique VIII

Los cuervos, que pueblan el cielo de la Torre de Londres, gritan “libertad, libertad, libertad”. En medio de la diáfana y lúgubre estancia, Enrique VIII permanece sentado en un trono dorado. No destaca por ser ingentemente barbado y obeso, sino por su mirada glacial. Tras él, Jane Seymour, la última puta coronada antes de ser la nueva

La venganza de las musas toreras

Fue al entrar a matar. El pitón derecho de un morlaco de 580 kilos taladró el corazón del torero. Con la sangre saltando a borbotones de su pecho, el artista quedó inerte en la arena. Su rostro estaba pálido. Ya era un muerto. Fue entonces, una vez confirmada la circunstancia de que ya era tarde de luto, cuando hicieron su aparición

De Auschwitz a Deir Yassin

A sus 18 años, David siempre fue el ojito derecho de sus adustos padres. En la Cracovia de 1938 era reconocido por ser un chico jovial, afable y extrovertido. Muchas chicas anhelaban “cazarle”. Lo que no le impedía cumplir con rigor los preceptos de su fe hebrea. Como todo judío orgulloso de serlo, soñaba con orar algún día ante

La danza de mar de las tres musas

Medianoche de agosto. Un cielo resplandeciente llora las lágrimas de San Lorenzo. No son tristes, sino gozosas. La luna, reina de la oscuridad, sonríe burlona y descarada. Los cuerpos celestes son el marco que ilumina la obra de arte que se desarrolla, plenamente viva y fugaz, en la inmensidad del mar. En apenas dos metros cuadrados, tres

Braguitas y conspiraciones

En medianoches pasadas, aquí, en mi retiro costero, he presenciado alucinantes apariciones: desde una procesión de cientos, miles y millones de presos políticos de todos los tiempos y lugares, hasta el saludo de un Mario Benedetti que, vivo y feliz, sonreía tal y como aparece en las contraportadas de sus libros: entrañablemente. Todo

Benedetti está vivo

Quiero que quede constancia. Mario Benedetti, frente a lo publicado por distintos medios, no murió el año pasado. El genial escritor uruguayo sigue vivo. Vivito, coleando y, como siempre, sonriendo. Lo acabo de ver. Ahora mismo, en la medianoche de una noche de mar. Como ayer a estas horas cuando, recostado en la arena de una playa rural

Sorpresa nostálgica en una noche de mar

Cercana la medianoche, no tengo necesidad de soñar: estoy, realmente, al borde del mar. A lo largo del año madrileño, anhelo los días que paso en un pueblo de la costa valenciana. Aquí soy feliz. Y aquí estoy, rumiando el trantrán de las olas, en el silencio de una noche fresca, casi sin estrellas. Recostado en la arena, en una soledad

La crápula apuesta entre Dorian Gray y Don Juan Tenorio

“Llevo quince días borracho; he consumido media plantación de cannabis perteneciente al alcalde de Castañal de la Suera; he robado el cepillo parroquial de los curas del humilde barrio de la Desesperanza; he deshonrado al marqués de Pimpinela cimbreándome en una orgía a su mujer, a su hija y a su séquito de limpiadoras-amantes...

Miguel Hernández apura su pinta en la noche de Dublín. Brinda por Saramago

Miguel Hernández apura su pinta en la noche de Dublín. Acurrucado en la esquina más oscura del Gogarty, la mítica taberna yellow anclada en The Temple Bar, el barrio crápula, devora con avidez las páginas del Times. Dos noticias, activadas en la portada digital del gacetón, llaman especialmente su atención. La primera acusa a Sara

Y Morante cantó ‘I love Dublín’

Tras presenciar, como invitado de honor, el I Encuentro Internacional por el Abrazo de la Copla y el Fado, acaecido en Estambul, el 2 de junio, abonado a la tele de un bar, presencié in situ la Cumbre Celestial del Toreo a Capote. La Universidad de Las Ventas, con motivo de la Jornada de la Beneficencia, se vio envuelta por la esencia de

Sueño que soy torero en una Gran Vía dormida

Sueño que es Madrid, que es San Isidro. Sueño que estoy en la Gran Vía. Que me acompañan la soledad, el silencio. Es de noche. Sueño, y me estremezco mientras lo hago, que a la altura de Montera, en medio del asfalto completamente cubierto por una alfombra azul, soy yo el dueño. Dueño de mi vida. Me la juego, juego con la muerte. Muleta

Sonia y Marta (bis)

El calor era insoportable. Después de toda una noche (ya eran las seis de la madrugada) sin parar de bailar y de beber cubatas como quien bebe agua, Sonia y Marta estaban destrozadas. Habían venido a la última disco de moda con sus respectivos novios. Pero la verdad es que ni una ni otra se encontraban ya muy a gusto con ellos. Desde hacía

Amor prohibido en Teherán (bis)

Mientras estaban sumergidos en lo más profundo del sueño, Mohamed y Hamid fueron despertados con el estruendo de la brusca apertura de la puerta de su habitación, derrumbada de una patada. No les dio tiempo a reaccionar. Estaban desnudos, tumbados en la cama. Cuando, por instinto, hicieron un amago de incorporarse, uno de los tres barbudos

Amanecer de luto: Es 3 de mayo en Madrid (bis)

Es 3 de mayo de 1808. Amanece, pero no sale el sol, sino que permanece la oscuridad. Cientos de madrileños riegan con su sangre el luto que se extiende por todo el monte de Príncipe Pío. Las estrellas, horrorizadas ante las matanzas del galo invasor, también se niegan a emitir los destellos de su luz evanescente. Decenas de sentimientos

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

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