El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

¿No urge ante el estallido un estadillo?

¿NO URGE ANTE EL ESTALLIDO UN ESTADILLO?

Mi amigo del alma y heterónimo Emilio González, “Metomentodo”, es un tipo original (pero, como al instante, tras haber tecleado el susodicho adjetivo, he advertido que me he quedado corto, agregaré, para subsanar al momento mi cortedad o poquedad, el ídem, pero en su grado superlativo absoluto, que le conviene más, que le encaja mejor), originalísimo. Tiene una risa contagiosa, como, asimismo, lo son sus ideas. Así que, desocupado lector (seas ella o él), te prevengo de sus artes e ingenio. Porque, como empieces a escuchar con atención cómo las expone y argumenta, a hacerle caso al cúmulo de razones que suele aducir, comprobarás cómo termina, velis nolis, por persuadirte del todo, completamente. Aunque te parezca que exagero, puedes descartarlo, ipso facto, porque quien trenza estos renglones torcidos te asegura que no ha echado mano de la hipérbole. Pásmate si quieres, sí; pero hasta ese extremo llega su poder de convicción.

A “Metomentodo” no le gusta ningún político (hembra o varón) profesional. Llama de esa guisa a las/os que cobran y quieren seguir cobrando a toda costa, viviendo de la sopa boba o del erario público, a las/os que harían lo que fuera (tal vez no lo ilegal ni lo inmoral), siempre que resultara apropiado para él o bien visto por ella, lo que engorde el bolsillo, su bolsillo.

A “Metomentodo” le disgusta un montón que los políticos profesionales sostengan A, mientras están en la oposición, y B, cuando, mediante las urnas o por haber salido adelante una moción de censura, cosa que este año ha sucedido, llegan a ostentar el poder y les corresponde llevar las riendas del gobierno; considerando que A y B no tienen nada que ver, porque son, sensu stricto, contrarios. ¿Alguien lleva el estadillo del estallido de contradicciones, de la retahíla de paradojas socialistas? En el supuesto de que nadie lo lleve, ¿no resulta preceptivo y urgente, incoar, a la mayor brevedad, uno?

Verbigracia, ayer, “Metomentodo” discurría en el mentidero en torno a la tesis de que Pedro Sánchez sostuvo, en una interviú que le hizo Susanna Griso en Antena 3 el 17 de mayo de este año, que sí había habido, presuntamente, delito de rebelión, según su criterio o parecer, por parte de los políticos catalanes presos, encarcelados en prisión preventiva por orden del magistrado Pablo Llarena, instructor del procedimiento abierto al efecto en el Tribunal Supremo. Recientemente, mantenía lo opuesto, que no había habido delito de rebelión. La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, en una rueda de prensa a la que acudió, tras un Consejo de Ministros, intentó (pero me dio a la nariz que no logró) convencer a los periodistas que le preguntaron al respecto con la sinrazón de que Pedro Sánchez vino a decir una cosa cuando era jefe de la oposición y otra, la contraria, cuando era presidente del Gobierno, y, como le pareció lo más normal del mundo, se quedó tan campante. Si a ella el claro “donde dije digo, digo Diego” le pareció de perlas, a mí me vinieron a la mente las sabias y oportunas palabras que adujo Jean-François Paul de Gondi, el Cardenal de Retz (falsamente atribuidas al escritor y científico alemán Georg Christoph Lichtenberg, que nadie duda que pudo iterarlas): “Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto”.

Del político inconstante, mudable, veleta, que es, sin duda, Pedro Sánchez (¿queda alguien todavía por ahí que ose poner en tela de juicio lo obvio?), hoy, “Metomentodo” ha recordado lo que el susodicho decía que tenía en mente (y había previsto hacer) otrora, respecto de la elección del órgano de gobierno de los jueces, del Consejo General del Poder Judicial, cuando fuera presidente del Gobierno. Hoy lo es y lo que dijo entonces nada se parece, nada tiene que ver (o sea, que aquello ha quedado en agua de borrajas o cerrajas), con lo que acaba de hacer, avenirse a pactar con el PP (y, al parecer, asimismo, con quien secunda su acción de gobierno, Unidos Podemos) la conformación del mismo (hasta tal punto de acuerdo que, síguete pasmando, desocupado lector —seas hembra o varón—, sin conocerse siquiera el total de los nombres de los vocales, que son quienes tienen la potestad de elegir al presidente, ya se sabe quién será el que lo presida, Manuel Marchena). A esa manera de proceder “Metomentodo” la llama (y servidor abunda en esto con él) política “gatopardesca” o “gatopardiana”, que viene a consistir en decir, mutatis mutandis, lo que Giuseppe Tomasi di Lampedusa sostuvo en “El gatopardo”, que, cuando quien ahora está en la oposición esté pronto en el gobierno, todo va (si no todo, la mayoría de las formas de hacer política van) a cambiar, sin que, en la realidad, a la postre, nada cambie.

Ángel Sáez García
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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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