Es un momento antológico. Apoteósico, tanto por el escenario que no era otro que era TVE que pagamos todos y sólo disfrutan PSOE, Podemos y sus socios golpistas o proetarras, como por los protagonistas.
El principal fue Javier Ortega Smith, diputado de VOX, y el secundario, en esta ocasión en el papel de ‘víctima propiciatoria’, el periodista Carlos E. Cue del diario ‘El País’.
No hay nada que sustituya la visión de las imágenes y sobre todo ver las caras y oír las voces de los que aparecen en ellas, pero les hacemos un breve resumen.
El programa es La Hora de La 1, el jueves 26 de noviembre de 2020 y todo pintaba sombrío para el representante de VOX, a tenor de los personajes participantes en el debate. Aquello parecía de salida mucho más una emboscada que una entrevista, pero no todo sale como se planea.
En un momento de la entrevista, y con cara de dolor de tripa, Carlos E. Cue se ha quejado del veto que el partido de Abascal aplica a los medios del Grupo PRISA, en las ruedas de prensa del partido:
«¿Ustedes creen en el derecho a la información? ¿Por qué vetan a periodistas?».
Ortega Smith se debía estar esperando el ataque, porque sale directamente a la ofensiva:
«Ustedes no son periodistas, son propagandistas, activistas políticos, propagandistas de la mentira».
Y sin titubear, directo a dónde duele y mirando directamente a Cue, le ha acusado a él de mentir «al servicio de los lobbys» y de «quienes les pagan».
«Hace años El País hacía algo de información pero ahora están siempre rebuscando para intentar confundir».
«Da igual que digamos blanco, ustedes publican negro».
Cue se ha quejado de que no le respondiera y la presentadora, Mónica López, ha acudido en su auxilio: «Yo preferiría que contestara y no un ataque personal».
Ortega Smith se ha reafirmado en sus palabras y ha defendido que van a seguir dejando entrar sólo a quien quieran en sus «ruedas de prensa en espacios privados», como la sede del partido o los salones de los hoteles.
«No tienen interés en informar, sino en mentir y tergiversar lo que decimos».
«En nuestra sede privada no va a entrar El País, que les quede claro, su propaganda se la cuenten a otros».
