El repaso fue colosal.
Cayetana Álvarez de Toledo, diputada del PP, le dio un repaso en toda regla a Félix Bolaños, titular de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes.
La parlamentaria enumeró los ocho requisitos o condiciones que busca Pedro Sánchez para elegir a sus altos cargos, bien como ministros o para estar en empresas vinculadas a los diferentes departamentos gubernamentales:
Vamos a hacer el retrato robot del enchufado sanchista. Uno, ser familia del presidente o amante de algún ministro. Ejemplos, la meretriz Jésica o el maestro Azagra, alias el hermanísimo, procesado. Los dos cobraban sin saber dónde estaban sus despachos. Dos, ser devoto del líder. Beatriz Corredor, efectivamente, gana 540 mil euros al año. Fundió España a negro. Dice que no sabe qué pasó, pero sí que no volverá a pasar eso que no sabe qué pasó. Y se felicita.
Los dos siguientes se resumían en no tener conocimientos y ser capaz de soportar cualquier humillación:
Tres, no tener demasiados conocimientos técnicos porque, cuidado, a lo mejor es contraproducente. La frase es de una tal Pilar Lucio, que pasó de una consejería de Igualdad al Consejo de Seguridad Nuclear. 12 años enchufada. Cuatro, no tener dignidad. Es decir, aceptar cualquier humillación. Esto que lo explica el señor Marlaska.
Álvarez de Toledo también se refirió a que es esencial no tener vergüenza ni límites éticos y morales:
Cinco, no tener vergüenza. Básico. Tezanos. Un hombre capaz de firmar una encuesta flash, según la cual el apagón catapulta al PSOE. Una catástrofe más y pulveriza la mayoría absoluta. Seis, no tener límites, ni éticos ni legales. García Ortiz, un fiscal general imputado que destruye pruebas como un delincuente profesional. Eso sí que es un sabotaje a la Justicia.
Por último, la diputada popular dijo que también ameritan al puesto quienes no asumen responsabilidades y quienes su futuro político está más que amortizado:
Siete, no asumir responsabilidades. Nunca, jamás. Al revés, señalar a un culpable imaginario. La polarización como un mecanismo de blindaje. Ahí brilla el señor Puente. Eligió ser troll antes que gestor. Y ocho, no tener futuro. Sí, usted mismo, señor Bolaños. Cada vez más cercado y más desaforado. ¿De verdad piensa cargarle a su número dos el muerto de la contratación corrupta de la asesora de Begoña Gómez?
La parlamentaria del PP lo dejó bien claro, que Bolaños estaba ya quemado:
Mire, mírese. Usted iba para ministro de Justicia y ha quedado un fusible quemado de un operador privado. Sí, el operador privado es Sánchez. No gobierna el Estado, se lo apropia. Lo está dejando en páramo del clientelismo, la corrupción y el caos. Sabotaje, claman, el de este gobierno contra los españoles.