El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Fue el ángel de la triste nueva Pío

FUE EL ÁNGEL DE LA TRISTE NUEVA PÍO

Dilecta Pilar:

A mí tampoco ningún miembro de la familia camiliana (ni sacerdote ni hermano) me escribió ni llamó por teléfono para darme la triste nueva del óbito de Arteaga. ¿Me lo esperaba y/o temía? Puede. Fue Pío Fraguas quien se enteró y, al instante, me lo hizo saber, mientras yo escribía el texto en prosa que te mandé con un error involuntario (escribí “o objetivo”, en lugar de lo correcto, “u objetivo”, evidentemente; aunque hubo dos sujetos, al menos, que lo creyeron adrede, aposta; yo me tengo por mejor persona de la que ellos ven en mí, pero las cosas son como son, con la ventana Johari y sus cuatro cuadrantes, no solo como las ve uno o quisiera que fueran, esto es, miel sobre hojuelas: uno me escribió en el correo que me remitió “qué astuto, taimado o cuco, eres, Ángel” y otro me llamó maquiavélico y sibilino; puede, porque, por poder serlo, reconozco que lo puedo ser; todos tendemos a salvarnos, como sea, de la quema), del que no me percaté en ninguna de las tres veces, tres, que lo leí en la pantalla del ordenador, antes de darlo por bueno (esa es la razón por la que bajé aquella tarde a la biblioteca municipal “Yanguas y Miranda”, en la tudelana calle de Herrerías, donde Pilar, Luis y Teresa nos atienden a los usuarios estupendamente y, asimismo, porque al día siguiente, hasta las trece horas estaba cerrada, para enmendarlo), y titulé “Dios quiera que alacranes no seamos”.

Esto es lo que leí (sic, incluidos los errores que advertí) en la página de internet de los P. P. Camilos:

“Fallece el p. Jesús Arteaga

“Comunicamos la triste noticia del fallecimiento de nuestro querido p. Jesús Artega. Su muerte se ha producido esta mañana del día 24 de noviembre en la comunidad de Sant Pere de Ribes a la edad de 80 años.

“En los últimos días, habia celebrado la Eucaristía de despedida en su habitación, ha recibido visitas y llamadas de quienes han querido despedirse y ha mostrado una ejemplar confianza en Dios y aceptación de la muerte, agradeciendo abiertamente a los ‘ángeles’ que le han cuidado especialmente: el H. Manuel Martín y el p. Francisco Berola.

“Su funeral se celebrará el jueves 25 de noviembre a las 16:00 en la comunidad. Sus restos reposarán en el cementerio de Sant Pere de Ribes (Barcelona)”.

Luego venía el extenso currículo de su vida.

Aquella tarde, conforme bajaba de casa a la biblioteca, mientras callejeaba, fui ideando, de modo peripatético, como solía hacer Aristóteles con sus discípulos, un texto que titulé “Trampantojo”, vocablo que acaso a alguien le brotara naturalmente tras hacer una mera contracción de la locución nominal “trampa en tu ojo”:

“Tengo para mí que la vida social tiene mucho de juego y aun de fuego cruzado. Hoy me atrevo a compararla con una partida de ajedrez, en la que quien maneja las piezas blancas, por abrir juego y fuego, empuja o hace que eche a andar un peón o peona para que haga el trabajo sucio de sonsacarle información al adversario y oponente y sirva de añagaza o subterfugio, a fin de sacar al contrario de su zona de confort hasta llegar a sacarlo de sus casillas o de quicio. En el tablero de los 64 escaques, donde se libra el combate incruento, uno siempre intenta escaquearse, eludir la obligación de dar jaque hasta que el mate es inevitable.

“Jamás sabrá la peona (no sospechará, porque me he comprometido a guardar sepulcral silencio y, por nada, ni por todo el oro que hay en el orbe, desvelaré quién me reveló el indiscreto desmán) cómo me enteré de que ella se había chivado. Si hice lo que coroné, lo llevé a cabo porque barruntaba, intuía y sospechaba (aún no sabía lo que iba pronto a saber) de qué pie cojeaba la peona. Y, si concebí y escribí cuanto quedó escrito, lo hice con el único propósito de que llegara con la debida antelación a quien había mandado e iba dirigido, de manera indirecta, el mensaje, antes de que viera la luz en mi bitácora”.

Quienes tanto quisimos, queremos y querremos a Jesús Arteaga Romero nos tendremos que conformar con recordarlo y rezar por su alma (no obstante, como era un bendito, acaso huelgue esa ayuda, favor o sufragio).

Aunque han querido hurtarme el hecho (qué empeño ponen algunos en molestarme y desquiciarme; ignoran que, como soy la memoria andante de los tres años que pasé en Navarrete y los cuatro en Zaragoza, como me harten y me dé por desenvainar la espada/pluma y blandirla ofensivamente, alguno va a quedar afeitado y con el culo al aire), a mí nadie me va a prohibir lamentar lo que siento de verdad, la pérdida de alguien que fue fundamental en mi vida, como lo fue, asimismo, Piérola.

Que pases buen día. Ojalá fuese como la seda la presentación de tu “Tránsito”.

Como colofón, espero que, después de haber esbozado una ingenua sonrisa, por volver a leer lo que ya te constaba, se te haya ido congelando paulatinamente la susodicha (por lo nuevo que te llevabas a los ojos), hasta que, al final (¡qué zumbón, aunque hayas pensado en otro vocablo peor, es tu amigo Otramotro!; ¿no te lo parece?), estalles en una carcajada tremenda, tras leer la palabra inocentada, que no te escondas, no, te he colado a ti… y a unas/os cuantas/os más, hoy, martes 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes.

   Ángel Sáez García

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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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