No he olvidado los labios de Sofía
NO HE OLVIDADO LOS LABIOS DE SOFÍA NI EL DISTINTO TEMBLOR DE LA MUCHACHA Ayer, siguiendo una insistente recomendación, que me hizo mi amigo del alma y heterónimo Emilio González, “Metomentodo”, pues las suyas y de ese jaez suelen ser mano de santo, fui a confesarme a la parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, porque no había