Los que no han llorado por los 200 muertos de la DANA, sollozan en la televisiones por el triunfo de Donald Trump.
Están todos, todas y todes de luto. No por Valencia. Por Kamala Harris.
Basta escuchar las memeces que sueltan, para darse cuenta de que -además de afligidos- andan desorientados.
Miren… 73 millones de estadounidenses no se han vuelto majaras votando a un fantoche de tupé dorado y cara naranja, que amenaza la democracia, como desbarran los tertulianos sabelotodo en LaSexta, la Cadena SER y RTVE.
Trump ha ganado en EEUU por las mismas razones por las debería perder en España el socialista Sánchez.
Perder y que sus apaños infames con un golpista prófugo, con el etarra Otegi y con los admiradores del torturador Maduro y los psicópatas de Hamas no le lleguen para conservar el sillón.
A Trump, como a Meloni en Italia, a Milei en Argentina o a Bukele en El Salvador, le vota la gente porque no denigra al ciudadano, cargándole con todo tipo de pecados, que van desde el machismo violador a la destrucción del Planeta Tierra.
Le votan porque le habla en su idioma, no lo fríe a impuestos y le promete afrontar sus problemas reales.
¿Qué afecto puede sentir alguien que trabaja, se esfuerza, cree en la familia y tiene una idea cabal de la Patria, por esos majaderos del lenguaje ‘woke’, que se inventan enemigos, colocan a la cabeza de la agenda pública asuntos marginales, promueven que te okupen la casa y estimulan el clientelismo peronista?
Los demócratas, con Kamala al frente, no abordaron en campaña cómo llega un currante a fin de mes, cómo pagas tu vivienda o los quebraderos que genera la inmigración ilegal.
Tampoco el empobrecimiento de la clase media o cómo defenderse de la delincuencia.
Disertaron y hasta la nausea, sobre ‘políticas de identidad’.
En vez de atender a las demandas de las capas anchas de la población, predicaron el rencor social, perdiendo la noción de lo que comparten los estadounidenses y les une como nación.
Promocionaron el aborto, en lugar de intentar dar herramientas a una madre para salir adelante con su hijo.
En vez de hablar de las cosas de comer, se dedicaron a pasear orgullosos a Taylor Swift, como hacen aquí el PSOE y sus compinches con Bardem o Almodóvar.
¿Qué ofrecían a la gente de verdad?
Nada; como Sánchez aquí.
Y perdieron, como perderán el marido de Begoña y sus secuaces en cuanto tengamos la oportunidad de votar.