Cientificos de Harvard intentarán resucitar al gigante, extinto hace 4.000 años

Descongelando al Mamut Lanudo: de la extinción a la resurrección

Nuevos hallazgos arqueológicos y avances genéticos abren la puerta a la posibilidad de "des-extinguir" a estos colosos prehistóricos

Los mamuts, esos gigantes peludos que poblaron la Tierra hace miles de años, siguen cautivando nuestra imaginación.

Desde los dibujos en las cavernas hasta las películas de animación, estos majestuosos animales han dejado una huella imborrable en nuestra cultura.

Pero, ¿qué sabemos realmente de ellos?

¿Cómo vivían? ¿Cómo los cazaban nuestros antepasados?

Y, lo más intrigante, ¿podremos algún día verlos caminar de nuevo por la Tierra?

En los últimos años, una serie de descubrimientos arqueológicos y avances científicos han arrojado nueva luz sobre estos enigmáticos colosos del Pleistoceno.

Desde sofisticadas trampas de caza hasta la posibilidad de clonar mamuts a partir de ADN preservado en el permafrost, el estudio de estos animales está experimentando un renacimiento que promete revolucionar nuestra comprensión del pasado y, quizás, del futuro.

Empecemos por el principio: ¿cómo eran realmente los mamuts?

Contrariamente a la creencia popular, no todos los mamuts eran gigantes peludos. El mamut lanudo (Mammuthus primigenius) es el más conocido, pero existieron varias especies, algunas de las cuales eran sorprendentemente pequeñas. El mamut pigmeo de la isla de Creta, por ejemplo, no era más grande que un poni moderno.

Sin embargo, los mamuts que capturan nuestra imaginación son los colosos que podían alcanzar los 4 metros de altura y pesar hasta 8 toneladas.

Estos gigantes estaban perfectamente adaptados a los climas fríos del Pleistoceno, con una gruesa capa de pelo que podía medir hasta un metro de largo y una capa de grasa subcutánea de 10 centímetros de espesor.

Pero lo que realmente distinguía a los mamuts eran sus impresionantes colmillos.

Estos podían alcanzar los 5 metros de longitud y pesar hasta 90 kilogramos cada uno. Imaginen por un momento el desafío que suponía para nuestros antepasados enfrentarse a semejantes bestias armados solo con lanzas y piedras.

Y hablando de nuestros antepasados, recientes descubrimientos arqueológicos han revolucionado nuestra comprensión de cómo cazaban mamuts. Lejos de la imagen de cazadores oportunistas que aprovechaban cuando un mamut caía en un pantano, ahora sabemos que nuestros ancestros eran cazadores sofisticados y organizados.

En TultepecMéxico, arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han descubierto lo que parece ser una «línea de trampas» para mamuts. Estas trampas, excavadas hace unos 15.000 años, consistían en fosas de 25 metros de diámetro y 1,70 metros de profundidad.

«Este hallazgo cambia esa escena azarosa y eventual que los libros de texto manejaban sobre la caza del mamut», explica Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador nacional de Arqueología del INAH. «Por el contrario, estas nuevas excavaciones demuestran el aprovechamiento del medio y la organización social alcanzados por los primeros pobladores de la Cuenca de México para emprender esta actividad de cacería».

Imaginen la escena: grupos de entre 20 y 30 cazadores, armados con antorchas y ramas, azuzando a una manada de mamuts, separando a un ejemplar y dirigiéndolo hacia estas trampas cuidadosamente camufladas. Una vez que el animal caía en la trampa, era rematado desde fuera. Luego comenzaba la ardua tarea de aprovechar cada parte del animal: la carne para alimentarse, la piel para vestirse y construir refugios, los huesos para hacer herramientas y armas.

Pero la caza no era la única amenaza para los mamuts. El cambio climático al final del Pleistoceno jugó un papel crucial en su extinción. La inestabilidad climática, con períodos de calentamiento y enfriamiento rápidos, alteró drásticamente sus hábitats. A esto se sumaron eventos catastróficos como la erupción del volcán Popocatépetl hace 14.700 años, que provocó una gran movilización de animales y humanos hacia el norte de la Cuenca de México.

Ahora bien, ¿qué hay de la posibilidad de «des-extinguir» a los mamuts? La idea, que hace unas décadas habría parecido ciencia ficción, está cada vez más cerca de convertirse en realidad gracias a los avances en genética y clonación.

El proyecto más ambicioso en este sentido lo lidera la empresa Colossal Biosciences, fundada por el genetista George Church de la Universidad de Harvard. Su objetivo es crear un híbrido de elefante asiático y mamut lanudo que pueda sobrevivir en la tundra ártica.

«No estamos tratando de hacer una copia exacta del mamut», explica Church. «Lo que queremos es crear un animal con las características clave del mamut que le permitan prosperar en el Ártico».

El proceso implica identificar los genes responsables de características como el pelo largo, la grasa subcutánea y la hemoglobina adaptada al frío, e insertarlos en el genoma de un elefante asiático. Luego, este embrión modificado se implantaría en una madre sustituta, probablemente un elefante asiático.

Pero, ¿por qué molestarse en resucitar a un animal extinto hace miles de años? Los defensores del proyecto argumentan que podría tener beneficios ecológicos significativos. Los mamuts, al pastar y derribar árboles, ayudaban a mantener las praderas de la tundra. Su reintroducción podría ayudar a restaurar este ecosistema y, potencialmente, a mitigar el cambio climático al prevenir el deshielo del permafrost.

Sin embargo, el proyecto no está exento de controversia. Algunos científicos cuestionan la ética de crear un animal híbrido y los posibles efectos imprevistos en los ecosistemas actuales. Otros argumentan que los recursos podrían emplearse mejor en la conservación de especies existentes en peligro de extinción.

«Es una idea fascinante, pero debemos considerar cuidadosamente las implicaciones éticas y ecológicas», advierte la Dra. Victoria Herridge, paleontóloga del Museo de Historia Natural de Londres«¿Qué responsabilidad tenemos hacia un animal que hemos creado? ¿Cómo afectaría su introducción a las especies existentes?»

Mientras el debate continúa, los descubrimientos sobre los mamuts siguen sucediéndose. En 2021, científicos rusos anunciaron el hallazgo de un mamut lanudo perfectamente conservado en el permafrost de Siberia. El espécimen, apodado «Lyuba», tenía unos 28.000 años de antigüedad y conservaba incluso restos de leche en su estómago.

Hallazgos como este no solo nos proporcionan información invaluable sobre la anatomía y la dieta de los mamuts, sino que también nos ofrecen la posibilidad de obtener ADN mejor preservado para futuros proyectos de clonación.

En conclusión, el estudio de los mamuts nos ofrece una ventana fascinante al pasado y, potencialmente, al futuro. Desde las sofisticadas técnicas de caza de nuestros antepasados hasta la posibilidad de ver mamuts caminando de nuevo por la Tierra, estos gigantes del Pleistoceno continúan desafiando nuestra comprensión y estimulando nuestra imaginación.

Quizás, en un futuro no muy lejano, podamos ver a estos majestuosos animales no solo en los museos o en las películas, sino pastando en las llanuras árticas, como lo hicieron hace miles de años. Hasta entonces, seguiremos desenterrando sus secretos, un hueso, un colmillo y un gen a la vez.

Curiosidades:

  1. El mamut enano de la isla de Wrangel sobrevivió hasta hace unos 4.000 años, mucho después de que sus primos continentales se extinguieran.
  2. Los colmillos de los mamuts crecían en espiral, lo que les daba su característica forma curva.
  3. Los mamuts tenían una «joroba» en la espalda, similar a la de los bisontes, que era en realidad un depósito de grasa que les ayudaba a sobrevivir en los duros inviernos.
  4. Se han encontrado restos de mamuts con puntas de lanza clavadas, lo que proporciona evidencia directa de la caza por humanos.
  5. El ADN de mamut más antiguo recuperado hasta la fecha tiene 1,2 millones de años.
  6. Los mamuts tenían glándulas temporales que segregaban un líquido oloroso durante el período de celo, similar a los elefantes modernos.
  7. Se han encontrado «cementerios» de mamuts con cientos de individuos, lo que sugiere que estos animales podrían haber tenido comportamientos sociales complejos.
  8. Los mamuts aparecen en el arte rupestre prehistórico en numerosas cuevas de Europa, lo que demuestra su importancia cultural para nuestros antepasados.
  9. Algunos científicos creen que la caza excesiva por parte de los humanos fue un factor clave en la extinción de los mamuts, junto con el cambio climático.
  10. Se han encontrado restos de mamuts en todos los continentes excepto en Australia y Sudamérica.

Descongelando al Mamut Lanudo

El proceso comienza en la región de Batagaika en Siberia, donde un grupo de investigadores trata de encontrar muestras de ADN de esta especie extinguida.

No es el único gran proyecto en marcha.

El experimento consistirá en intentar emparentar el ADN del mamut con su descendiente vivo más cercano, el elefante asiático

El mamut lanudo desapareció de la Tierra hace 4.000 años, pero científicos de Harvard dicen en dos años podrán resucitar con variantes este animal ancestral mediante ingeniería genética.

Durante su intervención en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), que se celebra esta semana en Boston, el profesor George Church, que lidera el equipo, presentó los trabajos de crar un embrión híbrido, programado en un elefante asiático.

«Nuestro objetivo es producir un embrión de mamífero elefante híbrido», dijo el Profesor George Church. «En realidad, sería más como un elefante con un número de rasgos gigantescos. Todavía no hemos llegado, pero podría ocurrir en un par de años «.

La criatura, que podría ser llamada «mamutfante», sería en parte elefante, pero con rasgos como orejas pequeñas, grasa subcutánea, pelo largo y peludo y sangre adaptada al frío. Los genes de mamut para estos rasgos se empalman en el ADN del elefante usando la poderosa herramienta de edición de genes, Crispr.

Hasta ahora, el equipo se ha detenido en la etapa celular, pero ahora se está moviendo hacia la creación de embriones, aunque dijeron que sería muchos años antes de cualquier intento serio de producir una criatura viva, informa The Guardian.

«Estamos trabajando en formas de evaluar el impacto de todas estas ediciones y básicamente tratando de establecer la embriogénesis en el laboratorio».

Desde que se inició el proyecto en 2015, los investigadores han aumentado el número de «ediciones»en las que el ADN de mamut ha sido empalmado en el genoma del elefante de 15 a 45.

«Ya sabemos sobre los que tienen que ver con orejas pequeñas, grasa subcutánea, cabello y sangre, pero hay otros que parecen ser seleccionados positivamente».

Church también describió planes para cultivar el animal híbrido dentro de un útero artificial en lugar de reclutar a una elefante hembra como madre sustituta – un plan que algunos creen que no será alcanzable en la próxima década.

«Esperamos hacer todo el procedimiento ex vivo (fuera de un cuerpo vivo)».

«No sería razonable poner en riesgo la reproducción femenina en una especie en peligro de extinción».

Añadió que su laboratorio ya es capaz de cultivar un embrión de ratón en un útero artificial durante 10 días, la mitad de su período de gestación.

«Estamos probando el crecimiento de ratones ex vivo. Hay experimentos en la literatura de los años ochenta, pero no ha habido mucho interés por un tiempo «.

«Hoy tenemos un nuevo conjunto de tecnología y lo estamos analizando de nuevo».

El mamut lanudo vagó a través de Europa, Asia, Africa y América del Norte durante la última Edad de Hielo y desapareció hace unos 4.000 años, probablemente debido a una combinación de cambio climático y caza por los seres humanos. Su pariente vivo más cercano es el elfante asiático, no el africano.

‘De-extingir’ el mamut se ha convertido en una perspectiva realista debido a las revolucionarias técnicas de edición de genes que permiten la selección precisa y la inserción de ADN de especímenes congelados durante milenios en el hielo de Siberia.

Church ayudó a desarrollar la técnica más utilizada, conocida como Crispr / Cas9, que ha transformado la ingeniería genética desde que se demostró por primera vez en 2012. Derivado de un sistema de defensa que las bacterias usan para defenderse de los virus, permite ‘cortar y pegar’ hebras de ADN con una precisión no vista antes.

La edición de genes y sus implicaciones éticas es uno de los temas clave en discusión en la conferencia de Boston.

Church dijo que el gigantesco proyecto tenía dos objetivos: asegurar un futuro alternativo para el elefante asiático en peligro de extinción y ayudar a combatir el calentamiento global. Los mamuts lanudos podrían ayudar a evitar que el permafrost de la tundra se derrita y liberen enormes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

«Ellos mantendrían a la tundra sin descongelar perforando a través de la nieve y permitiendo que el aire frío entre».

«En el verano derriban árboles y ayudan a que crezca la hierba».

Los científicos pretenden diseñar células de piel de elefante para producir el embrión, o embriones múltiples, utilizando técnicas de clonación.

Los núcleos de las células reprogramadas se colocarán en células de óvulo de elefante cuyo propio material genético se ha eliminado. Los óvulos entonces serían estimulados artificialmente para convertirse en embriones.

Church predice que la reversión de la edad se convertirá en una realidad dentro de 10 años como resultado de los nuevos desarrollos en ingeniería genética.

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